La consecuencia fue que Alemania se adelantó en el luminoso tras conseguir un 9-0 (27-26). Las dos faltas de Pau Gasol aconsejaron a Scariolo esconder un poco al pívot y probar unos instantes con una zona 1-3-1 que no dio demasiados frutos, aunque permitió mantener una mínima ventaja de tres puntos, 33-36 al descanso, gracias al trabajo y acierto de Marc Gasol. Los nueve puntos de Nowitzki no eran lo peor, sino la falta de acierto de los tiradores españoles que en cada fallo añadían una pesada losa a la mochila de la falta de confianza.
Con el mismo planteamiento e idénticos protagonistas, Pau quiso revertir la situación y se jugó el primer balón ante la defensa de Nowitzki, consiguiendo la canasta y tiro adicional por falta del campeón de la NBA. Y acto seguido un triple ante el jugador de Dallas. Alemania cambió de pareja y encomendó al rudo Kaman ocuparse de Pau, mientras que Nowitzki lo hizo de un inspirado Marc. Ahí encontró España un resquicio por el que se coló hasta la cocina.