En los más remotos lugares siguen encontrándose también vestigios del más primitivo animismo Bai. No es difícil encontrar lugares en los que diferentes dioses, como el Dios de la Montaña, en Dios de las Cosechas, el Dios de la Caza, el Rey Dragón o la Diosa Madre del Rey Dragón, son adorados. Los Bai creen que los espíritus pueden provocar enfermedades, pero también proteger de ellas. En algunos poblados hay mujeres chaman, a veces con poder suficiente como para entrar en trance y comunicarse con los dioses, las cuales juegan un rol importante en la vida espiritual de los Bai.
Por otro lado, la rama de los Bai conocida como Nama, que vive cerca del río Mekong, sigue preservando el culto a la piedra blanca, que hace referencia a la cultura y la religión Nama, común a minorías descendientes de la vieja nación Qiang, diferente de otros pueblos que viven más al norte. Los mismos Nama no saben explicar muy bien porqué la piedra blanca es tan importante, y mientras algunos atribuyen su carácter sagrado a ser parte de los huesos de los ancestros que deben ser preservados sin moverse, otros dicen que son huesos de demonios, peligrosos si se mueven de sus sitios. Algunos incluso creen en leyendas de cabras blancas que se convirtieron en piedras, y otros dicen que las piedras son una representación del Dios del Fuego, una deidad conocida en toda China.