El reino tibetano de Guge, una tierra remota cerca del cielo

El Reino de Guge, un reino remoto al oeste del Tibet, es una tierra cerca del cielo, un reino misterioso y místico por descubrir, explorar y descifrar.

• Editor： Lety Du
• 13:40:30 2011-03-22 / spanish.china.org.cn

Al entrar en las ruinas, lo primero que se ve es su arquitectura más sencilla, las viviendas de los habitantes, que están bien preservadas. Éstas, principalmente grutas, sencillas por lo general, y de diferentes tamaños y alturas, hay de un cuarto o de dos pisos. Todas éstas han sido establecidas en cuevas excavadas en unos riscos aprovechando plenamente la morfología del terreno. Las viviendas tienen formas muy distintas, después de visitar muchas de ellas uno ya puede conocer generalmente su estructura y distinguir los sitios de las cocinas y las alcobas.

Aquí hace mucho frío en el invierno debido a su ubicación en el oeste del Tíbet y su elevada altura sobre el nivel del mar, y los habitantes solían encender fuego para calentarse, y en el techo de muchos cuartos se pueden ver rastros del fuego.

Los murales bien conservados en el templo en el nivel intermedio son uno de los elementos que más merece la pena de contemplar. Éstos, de estilo peculiar y grandioso, reflejan de manera completa la vida de las diferentes capas sociales en aquel entonces, y además, presentan colores llamativos, que están preservados adecuadamente hasta hoy día.

Más arriba está el palacio; llegar a él no es fácil, pues los visitantes tienen que pasar por unos túneles y el cansancio llega con facilidad por la elevada altitud. En el nivel intermedio se hallan las viviendas de unos oficiales y aristócratas del reino, las cuales tienen condiciones mucho mejores que las del nivel más bajo. También se ven unos almacenes de cereales.

Cuanto más arriba se sube, mejor se ve el panorama de las ruinas. Si se contempla desde arriba hacia abajo, las ruinas son majestuosas y parecen reproducir en su configuración urbanística la estructura social jerárquica de la época.

Finalmente, podemos explorar la sala secreta del rey. Dicen que sólo un paso cubierto conduce a ella, y sólo los altos dignatarios y la gente de rango elevado podía llegar aquí en aquella época.

Desde lo más alto de las ruinas, podemos divisar a lo lejos los bosques de loess ondulantes. Aquí hay colgados unos pendones con sutras, que añaden unos colores claros a las ruinas de color caqui.