(SPANISH.CHINA.ORG.CN) - La obra de un fotógrafo extranjero sobre las ruinas del Reino de Guge, en la desolada región de Ngari, al oeste del Tíbet, han convertido las ruinas de este antiguo reino en un reclamo turístico mundial.
El eminente reino se encontraba en la ribera sur del río Xiangquan, al noroeste del poblado de Tuolin, zona de Zhaburang, distrito de Alizhada, y está a 19 kilómetros de la capital del distrito.
Fue fundado por los descendientes de la familia real del Reino de Tubo, quienes se escaparon hasta aquí en el siglo X aproximadamente. Durante los cerca de 700 años de su historia, el reino ha fomentado el budismo y resistido contra los enemigos exteriores convirtiéndose en una parte imprescindible de la historia tibetana.
Pero hasta en el siglo XVII, este reino que había vivido su esplendor máximo y contaba con una cultura madura y brillante, desapareció de la noche a la mañana, y hasta hoy día sigue siendo un enigma la razón de su repentina desaparición.
En los siglos posteriores, el tiempo borró su nombre y las calles de su capital quedaron intactas, sin ninguna actividad humana que hubiera destruido sus calles y obras arquitectónicas, revisado sus escrituras y cambiado el estilo de sus murales y sus obras de arte. Incluso se ha conservado el estado en que se encontraba la ciudad en el momento de su destrucción. Lo único que no conocemos es que cómo ocurrió todo aquello.
Al divisarse desde la lejanía, se puede ver un bosque de formaciones de loess en torno a las ruinas de Guge.
El paisaje recuerda en ocasiones a ‘El Señor de los Anillos’, una ciudadela enorme que se alza en una montaña entre bosques. La ciudadela posee fortificaciones, viviendas sencillas de los ciudadanos, templos y grandes palacios, e incluso pasajes secretos. Para resistir contra los enemigos, en su fachada sólo un camino puede conducir a lo más alto, y a su espalda hay precipicios abruptos.