K. Maurice, que vive en Dewon de Inglaterra, descubrió por casualidad una manzana mitad roja y mitad verde que daba un manzano de su jardín. Los colores de la manzana estaban perfectamente separados por el centro de la manzana. En un principio, el anciano supuso que alguien la pintó de colores diferentes. Pero, al acercarse al manzano y observar cuidadosamente la manzana, comprobó que era natural.

Expertos expresaron que este fenómeno maravilloso fue producido en su crecimiento debido al brusco cambio de gen y también a la diferencia de duración de la insolación de ambos lados de la manzana. Generalmente, el lado rojo es más dulce que el lado verde. La tasa de incidencia de este fenómeno es millonésima.