Rafael Nadal en el tenis, Bolt en la pista, Phelps en la piscina e Isinbayeba por los aires, llevaron el nivel de estos deportes olímpicos, a otro nivel en los juegos de Beijing 2008, el evento que marcó el año.

Al sumar los 100 metros a su repertorio, sin saberlo Bolt, el delgado y largo jamaicano, redefiniría el significado de las competencias atléticas de velocidad. Su participación en Beijing fue electrizante y estableció las mejores marcas en la historia del olimpismo moderno.

Después de haber cimbrado el mundo deportivo al establecer un récord de 9,72 segundos en su quinta participación profesional en la competencia de los 100 metros, Bolt tuvo el detalle de reventar la marca frente a millones de espectadores en la final olímpica: 9,69 sobrehumanos segundos.

Se convirtió en el primer terricola en correr esa distancia por debajo de los 9,7 segundos. Cómo olvidar que cruzó la meta casi como si estuviera jugando – volteando hacia los lados y agitando las manos – y con una de las cintas de sus zapatos suelta.

En los 200, este rayo jamaicano destrozó el récord de Michael Johnson de 1996 que, de acuerdo con especialistas en estadística, duraría 25 años. Johnson, quien comentaba para la BBC en Beijing, dijo, casi en estado catatónico: “es símplemente increíble, este tipo es superman II”.