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La ceremonia de inauguración de los XXIX Juegos Olímpicos impresionó más que suficiente al mundo. Aparte de la arquitectura magnificente y legendaria, hubo una serie de prendas deslumbrantes aparecidas en las representaciones artísticas. Los datos muestran que se usó un total de 15.153 juegos de prendas entre 47 diseños.
En la pieza inicial Toque de fous (instrumentos musicales clásicos chinos de cerámica), los ojos de los espectadores se iluminaron apenas cuando salieron a escena más de dos mil músicos ataviados con túnicas de color gris argénteo con cuellos verticales. Gracias a su diseño que combina la chaqueta china Zhong Shan con la chaqueta china juvenil, los artistas lucían muy caballeros, plenos del vigor y la gallardía de la joven generación del país.
En la pieza Apsaras, el diseño de la ropa femenil fue inspirado por los murales de las cuevas rupestres de Dunhuang, provincia china de Gansu. En las Analectas (de Confucio), los bailarines usaban la ropa del estilo de la dinastía Han (206 antes de Cristo-220 después de Cristo). El maestro de plantilla, Wu Zhengchun, comenta al reportero que el pliegue inferior de la túnica mediría 30 metros enteros de largo si se desarrollara por completo.
Al cabo de muchas consideraciones e intentos, se decidió por la indumentaria de la dinastía china Tang (618-907) como estilo dominante para la apertura de la olimpiada. Es así porque durante esa época, mientras el país gozaba de gran prosperidad en lo económico y lo cultural, las telas y los diseños de ropa eran incomparablemente hermosos. Debido a ello, el acto de inauguración estuvo impregnado, de comienzo a fin, de un encanto clásico chino de lujo, viveza y fluidez, conmoviendo hondamente a los espectadores de todo el planeta.
Peculiaridades de la ropa y adornos en la apertura y la clausura
“Hombres del espacio” iluminados cada uno por más de 9.000 focos LED
La inauguración olímpica es un arte de plaza. Además de atender a los espectadores presentes en el establecimiento “Nido”, el personal tenía que servir al mismo tiempo a un mayor número de televidentes de todas partes del mundo. En un espacio de representación relativamente oscuro, los focos, que son un “elemento especial”, fueron aplicados en grandes cantidades a las prendas de los artistas.
Los dos ingenieros encargados de la iluminación revelan que se pusieron más focos en los trajes de los “hombres del espacio”, teniendo cada quien más de 9.000 focos LED. El foco más pequeño usado para este propósito en la apertura tenía el tamaño de sólo un grano de arroz.
Partes importantes hechas a mano
El maestro Wu Zhengchun dice que de los trajes correspondientes a 30 diseños confeccionados por él y sus compañeros, ninguno fue terminado a máquina por completo, pues un gran número de detalles y puntos clave fueron cumplidos manualmente. Para resaltar la sensación del peso, un sinnúmero de pliegues de ropa usados en las piezas Analectas y Zheng antiguo (instrumento de cuerda clásico chino) fueron labores manuales; se aplicó el trabajo de bordado a mano en los corpiños usados en las Apsaras, y todos los adornos de cabeza de los artistas fueron elaborados también a mano.
Tres millones y medio de campanillas de plata en los 1.200 trajes de campanillas
El punto más luminoso de la clausura olímpica fue la danza Vestidos con campanillas. Su efecto impactó tanto en los espectadores que nadie la puede olvidar.
Cada traje estaba compuesto del tocado, la blusa, las hombreras, el cinturón y la falda. Su mayor característica son las campanillas de plata que lo cubren de manera compacta. Las 1.156 bailarinas que actuaron en la clausura tenían cada una cerca de 3.000 campanillas sobre el cuerpo, más de 800 tan sólo en el tocado. La danza, con un elenco tan numeroso y semejante a un mar de campanillas, resultó sumamente espectacular.
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