El equipo para la gira de ‘Sticky and Sweet’ de Madonna están amenazando con dimitir. Algunos de los 250 empleados en la gira han manifestado que están siendo tratados como “ciudadanos de segunda clase” tras ser alojados en un hotel barato – mientras Madonna se quedó en un castillo que costaba 1.700 euros la noche después de su último espectáculo en Nice, Francia.

Según indicó una fuente al periódico Británico Daily Mirror: “Todo el mundo está furioso con ella, y algunos de ellos quieren abandonar la gira. Pese a todo el duro trabajo que han realizado en los últimos meses, se sienten como si fuesen tratados como ciudadanos de segunda clase.” Más, aún, se ven obligados a alojarse en lugares horribles y volar en vuelos baratos, mientras ella vive en la abundancia.

Varios de ellos ya están hablando sobre abandonar si la situación no mejora. “En comparación con sus empleados, Madonna de 50 años, voló con su familia – esposo Guy Ritchie de 39 años, hija Lourdes de 11 años, e hijos Rocco de 8 y David de 2 – en un avión privado al Chateau Saint Jeannet del Siglo XI.

Madonna realizó una serie de demandas para el espectáculo de Nice del pasado martes, incluyendo a un helicóptero para que la llevase del escenario hasta el castillo. La cantante de “Give it to Me” también estuvo acompañada de un equipo de 12 empleados, incluyendo a seis esteticistas, su propio chef y quiropráctico.

Después del espectáculo, Sir Elton John y su ‘esposo’ David Furnish fueron invitados de vuelta a la chateau. Mientras tanto, el pasado jueves, Madonna dejó pasmado al personal en el aeropuerto Schoenefeld en Alemania – después del espectáculo de Berlín – al pasar por los controles de seguridad vistiendo un albornoz blanco de pelusa y deportivas negras.

La gira ‘Sticky and Sweet’ continúa, con paradas en Amsterdam hoy y Dusseldorf mañana.