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Después de practicar una reproducción termográfica y una resonancia magnética, científicos coreanos determinaron que una mujer de parto y su bebé momificados hace 400 años, descubiertos en 2002, murieron en el momento del alumbramiento, a consecuencia de una histerorrexis, cuando la cabeza de la criatura ya había pasado el cuello del útero, informó el diario local Chosun llbo.
Este es el único caso en el que se ha conseguido mantener a la momia de la madre con la del hijo en su interior, hallado en un cementerio de la República de Corea. En el examen de los restos, una herida de 3 a 4 cm. en la pared exterior del útero hizo suponer que la mujer murió durante el parto.
Más tarde un grupo de científicos del hospital universitario surcoreano Kuro fotografiaron las momias con tecnologías sofisticadas CT y MRI, para lograr la imagen del cuerpo de la joven con el cuerpo de su hijo en su interior, según la cual, la cabeza del bebé había sobrepasado la pelvis, pero se clavó a la salida del útero con el cuerpo apoyado en el lado derecho de la anatomía de su madre y los brazos y piernas enrroscados.
Un profersor del Departamento de Obstetricia del hospital, al analizar la imagen, aseguró que si la joven hubiera soportado cinco o diez minutos más, habría dado a luz. En la actualidad, explicó, en casos similares se saca al bebé fácilmente con el “vacuum extractor”, mediante la aplicación de presión negativa.
Los resultados sirven para ayudar a los científicos a estudiar la situación de entonces. Se suponía que una joven de 20 años, de una familia noble, que vivió durante la dinastía Joseon, regresara a la casa de su madre en diciembre de 1566 para parir a su hijo. Un día del severo invierno sintió de reprente los dolores y se puso en cuclillas para alumbrar (forma usual en aquella época en Corea).
Tras una o dos horas de dolores extremos, la mujer sufrió la metrorragia por la ruptura uterina en el último momento del parto. Murió en 30 minutos y el feto, debido a la falta de la fuerza impulsora, perdió la vida junto con su madre. Como los funerales se realizaron en el invierno, los cadáveres no se pudrieron. Además el ataúd de madera estaba lleno de ropa, por lo que había muy poco oxígeno que facilitara su descomposición.
De acuerdo con las conjeturas, la tuma de féretro embadurnado de cal impidió la entrada de aire y la joven y el bebé lograron conservarse durante varios siglos en forma de momia. Ahora se guardan congelados en el laboratorio del hospital universitario surcoreano Kuro.
La única momia “madre e hijo” del mundo, de ambos cuerpos juntos, ha llamado la atención de revistas como la estadounidense National Geographic y prestigiosos eruditos extranjeros.