La decisión fue anunciada luego del consejo de gobierno del organismo financiero celebrado en Fráncfort, por su presidente, Mario Draghi, quien advirtió no obstante a los estados que se pudieran ver beneficiados que la intervención estará sujeta a “estrictas condiciones”, supervisadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y deberá ir precedida por una petición de rescate completo o una ayuda preventiva al fondo de rescate de la Unión Europea (UE).
Draghi explicó que el programa, que solo fue vetado por el representante de Alemania, Jens Weidemann, se concentrará en la compra de bonos con vencimiento entre uno y tres años, “no tendrá límites previos y contará con la “talla adecuada para lograr sus objetivos”.
Los Gobiernos recibirán de esta forma, comentó, un margen de tiempo para que las medidas de ajustes y las reformas aplicadas tengan el efecto esperado
Aclaró que, contrario a lo que se había especulado, el BCE no se fijará ningún tope para la prima de riesgo o el tipo de interés de la deuda de los países intervenido para realizar ninguna operación, sino que actuará a discreción.
El programa, denominado OMT, establece que el banco renuncia a su condición de acreedor preferente y acepta “el mismo tratamiento que los acreedores privados” y permite tratar las “distorsiones severas” en los mercados de bonos, así como garantizar la supervivencia de la moneda única y evitar “escenarios catastróficos”.