La declaración del ejército estadounidense dice que actualmente, Bales se encuentra confinado, antes del juicio, en Fort Leavenworth, en Kansas.
Los cargos podrían conducir a la pena de muerte para el soldado de 38 años por la masacre de civiles afganos, se dijo en la declaración. "De conformidad con el CUJM, el máximo castigo posible para una condena por homicidio premeditado es la expulsión de las fuerzas armadas por conducta deshonrosa, la degradación al grado más bajo, la pérdida total de pagos y subsidios y la muerte (con una sentencia mínima obligatoria de cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional)", indicó.
En la declaración no se dieron detalles sobre los asesinatos o sobre las investigaciones en curso. Aún no está claro el motivo de los homicidios pero algunos funcionarios estadounidenses dicen que el soldado asesino sufría una crisis mental.
Sin embargo, hace una semana, un equipo de investigación del parlamento afgano dijo, luego de visitar las aldeas, que más de una decena de soldados estadounidenses habían estado involucrados en la masacre de Kandahar y afirmaron que dos grupos de soldados, en total de 15 a 20 soldados, llevaron a cabo el ataque planeado con apoyo aéreo.
El incidente tensó aún más las recelosas relaciones entre Washington y Kabul, la cuales ya habían sido afectadas por otros incidentes recientes, incluyendo la quema de copias del Corán en una base estadounidense en Afganistán en febrero y los informes de que soldados estadounidenses orinaron sobre los cadáveres de soldados del Talibán en enero.