(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Cediendo a la presión de organizaciones internacionales de derechos humanos y Naciones Unidas, el Consejo Nacional de Transición (CNT) de Libia abrirá una investigación sobre las circunstancias en las que se produjeron las muertes de Muamar Gadafi y su hijo Mustasim, cuyos cuerpos fueron finalmente retirados la víspera de la morgue en la que eran exhibidos en Misrata, para darles sepultura.
Tras cuatro días expuestos en una cámara frigorífica de la ciudad a la que fueron llevados tras su detención y muerte en Sirte, primero, según versiones oficiales, por una bala perdida en un intercambio de disparos entre rebeldes y fieles, y luego, cada vez más evidente, producto de una ejecución a sangre fría, el presidente del CNT, Mustafá Abdeljalil, anunció la creación de una comisión para esclarecer las controvertidas circunstancias en que ocurrieron los hechos.
“Para responder a los pedidos internacionales, hemos comenzado a instaurar una comisión encargada de investigar las circunstancias de la muerte de Muamar Gadafi”, afirmó Abdeljalil en una conferencia de prensa en Benghazi, ciudad que los rebeldes convirtieron en bastión para dirigir la lucha contra el régimen que gobernó el país durante los últimos 42 años.
La viuda de Gadafi, Safia Farkash, y varias organizaciones internacionales, entre ellas la ONU, pidieron a las nuevas autoridades libias que aclaren lo relacionado con la muerte de Gadafi, tras haber sido capturado vivo, a medida que continúan apareciendo elementos que refuerzan la hipótesis de que el ex gobernante fue deliberadamente ejecutado por sus captores y la gran mayoría de los libios está convencida de que se le disparó a sangre fría.
El lunes fue difundido otro de los tantos vídeos tomados con teléfonos móviles en el momento de la captura, en el que se muestra a un hombre con pelo rapado, rodeado de otros milicianos, que es felicitado mientras se enorgullece, arma en mano, de haber sido el autor del presunto asesinato, ignorando que podría ser acusado por el delito de crimen de guerra.
No obstante, el primer ministro dimisionario del Gobierno interino, Mahmud Yibril, aseguró tajantemente que Gadafi no fue asesinado, que cayó víctima de una bala perdida, probablemente de alguno de sus hombres, aunque poco a poco ha ido matizando sus palabras.
Philip Hammond, ministro de Defensa de Gran Bretaña, declaró horas antes que la reputación de las nuevas autoridades libias había quedado “un poco opacada” por la muerte de Gadafi. “No es una forma de proceder, no es la manera en la que a nosotros nos hubiese gustado que sucediera”.
Menos dudas del crimen quedan en el caso de Mustasim, uno de los más importantes jefes militares del antiguo régimen, al que se puede ver sentado, bebiendo agua, fumando y hablando con los jóvenes que lo custodiaban, pero sin heridas, y al ser expuesto su cuerpo junto al de su padre y el jefe de las fuerzas armadas, Abu Baker Yunes Jaber, mostraba un boquete en la garganta.
Human Rights Watch denunció que en Sirte, ciudad natal de Gadafi y último reducto en caer en manos del CNT, fueron hallados decenas de cadáveres maniatados, algo que no ha sorprendido, pues situaciones similares se reportaron en Trípoli, cuando en agosto pasado cayó en mano de los rebeldes.
Tras terminar el espectáculo de exposición de Misrata, donde ya los curiosos no podían ver a Gadafi, Mustasim y Jaber sin contener la respiración, por el estado de descomposición de los cuerpos, queda por decidir cuándo y dónde se enterrará al dictador.
Muchos en la ciudad piden que sea sepultado en el cementerio de los invasores. Pero otros creen que lo más conveniente es meterlo en una bolsa y tirarlo al mar, al igual que Estados Unidos hizo con Bin Laden. No obstante, el CNT quiere que el lugar donde sean enterrados los cuerpos no se convierta en sitio de peregrinación y opta por un lugar secreto en el desierto.