(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Los líderes del G-8, que finalizan este viernes su cumbre de dos días en la localidad francesa de Deauville, se han planteado establecer una colaboración más duradera con los países del mundo árabe que iniciaron “una tradición hacia la democracia” y hacia “la construcción de sociedades tolerantes”, según el proyecto de declaración final del encuentro.

El documento que pudieran aprobar hoy las ocho naciones más industrializadas del planeta precisa que la propuesta tuvo en cuenta las conversaciones sostenidas con los primeros ministros de Egipto, Essam Charaf, y Túnez, Beji Caid Essebsi, y que el “objetivo común” es “desarrollar el estado de derecho y un compromiso ciudadano”.

Tras su primer día de trabajo, Nicolas Sarkozy (Francia), Barack Obama (EEUU), David Cameron (Gran Bretaña), Angela Merkel (Alemania), Dimitri Medvedev (Rusia), Silvio Berlusconi (Italia), Stephen Harper (Canadá) y Naoto Kan (Japón) coincidieron en instar a Túnez y Egipto a “impulsar reformas económicas y sociales para responder a las aspiraciones de la población”, tras los movimientos populares que expulsaron del poder a Zine el Abidine Ben Alí y Hosni Mubarak.

Bajo la presidencia francesa, el G-8 escuchará las necesidades de Egipto y Túnez, que Charaf y Caid han cifrado ya en 12.000 y 25.000 millones de dólares, aunque Sarkozy dejó claro previamente que no quiere que la reunión se convierta en una “cumbre de donantes”.

Parte de los requerimientos podrían estar prácticamente cubiertos, pues días atrás Estados Unidos anunció que concedería varios miles de millones de dólares en ayuda a los países árabes y el Banco Mundial prometió otros 6.000 millones para aquellas naciones que pongan en marcha reformas políticas y económicas.