Agitando el “striptease” subterráneo estuvo, como desde hace diez años, el grupo Improv Everywhere, precursor del teatro callejero y de los “flash mobs”. O sea, la reunión repentina de gente en un lugar público y con un objetivo inusual, destinado a dar la nota o a llamar la atención.
“Lo nuestro es una manera organizada de divertirnos”, asegura el fundador del grupo y coautor de “Provocando una escena”, Charlie Todd. “Nuestras “misiones” no tienen otra finalidad: queremos provocar la risa o la sorpresa, que la gente abra los ojos y despierte al mundo que tiene alrededor”.
“Only in New York!” (“!Sólo en Nueva York!”), proclamó una pareja de turistas italianos ante el improvisado desfile a lo Victoria’s Secret en los bajos de Times Square. Al filo de las seis de la tarde se acabó el espectáculo, y una policía entrada en carnes fue apremiando a los actores espontáneos para que pusieran fin al despelote: “A vestirse ya, que se acabó la broma y más de uno va a coger frío”.
El metro neyorquino volvió a ser un lugar púdico, pesaroso y prosaico. Otro día hablaremos de la campaña para suprimir la poesía subterránea...
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