“Cada día, mujeres embarazadas en Norman, Oklahoma, niños en Madison, Wisconsin, y muchos otros ciudadanos americanos están bebiendo un agua contaminada con este componente cancerígeno" dice la científica de la EWG Rebecca Sutton. "Si la EPA requiriera a las empresas suministradoras de agua que hicieran pruebas de cromo-6, la gente por lo menos sabría si este componente está presente en el agua de su localidad. Sin la existencia de pruebas obligatorias y límites de seguridad legalmente establecidos para todos los sistemas de suministro, muchos de nosotros seguiremos ingiriendo una cierta cantidad de este cancerígeno cada día”.
"A veces es difícil entender porqué tenemos que seguir alarmando al público con la presencia de este componente químico en el agua 23 años después de que diéramos por primera vez la voz de alarma”, comenta Brockovich. “Este informe subraya, de una forma bastante cruda, los riesgos para la salud que muchos norteamericanos siguen padeciendo por culpa de la contaminación del agua”.
En 25 de las ciudades en donde EWG ha realizado pruebas, la concentración de cromo-6 era superior a la propuesta por el límite de salud pública establecido en California. En Norman, Oklahoma, una ciudad con una población de 90,000 personas, el nivel superaba en más de 200 veces el límite de seguridad estatal.
El suministro de las 31 ciudades en las que se encontró que había cromo-6 presente en el agua proviene de infraestructuras que proporcionan suministro a más de 26 millones de personas. En California, el único estado en el que se exige legalmente la realización de pruebas para cromo-6, se ha detectado la existencia de este compuesto en los suministros de agua que abastecen a más de 31 millones de personas, de acuerdo con el análisis de los datos de la agencia de agua estatal realizado por la EWG.
Los consumidores preocupados por este tema pueden reducir drásticamente la cantidad de cromo-6 en el agua de sus casas mediante la instalación de un sistema de filtrado por osmosis en sus hogares. Dado que tampoco existe un límite legal de cromo-6 para el agua embotellada, los ciudadanos no pueden tampoco asegurarse de que el agua embotellada está libre del compuesto, añade la EWG.