Los manifestantes, que llegaron de todo el país, esperaban que Berlusconi perdiera la moción de censura en el Parlamento, pero Il Cavaliere consiguió insuflar un aliento de vida a su mandato con movimientos dudosos, entre ellos la compra de los votos de algunos parlamentarios. De haber perdido, habría tenido que dimitir.
Las manifestaciones siguen a semanas de protestas contra el Gobierno, sus medidas de austeridad y una propuesta de reforma educativa. Grupos de estudiantes también bloquearon el aeropuerto de Palermo, en Sicilia, y ocuparon brevemente la sede de la Bolsa en Milán.
"No han hecho nada. Para las universidades no se ha hecho nada y estamos en una situación que está empeorando cada día", declaró el estudiante universitario Valerio Zampani.
Para muchos italianos, el último drama político se suma al desencanto que se vive en el país, pero otros dieron la bienvenida al resultado de la votación.
"Creo que es mejor así, porque de otra manera no hubiera funcionado. En este momento, necesitamos un Gobierno que pueda mantenernos a flote", expresó Giuliano Marroti, vecino de Roma.