Se calcula que las lluvias han dejado 1.600 fallecidos y unos 20 millones de afectados, que se ven amenazados ahora por las epidemias y la falta de agua potable y alimentos, que ya se han empezado a cobrar algunas vidas. Además, unos seis millones de personas continúan incomunicados, ya que los equipos de rescate no han sido capaces de llegar a algunas de las zonas afectadas.
Por otro lado, Ban se reunió en Pakistán con el primer ministro, Yusuf Raza Gilani y el presidente del país, Asif Ali Zardari, que está siendo duramente criticado por no cancelar su viaje a Europa en plena catástrofe, y aunque se han achacado las críticas a los rifirrafes de la política local, lo cierto es que las voces de los afectados se levantan airadas contra la gestión del desastre que está haciendo el gobierno.
Es difícil saber cómo se desarrollará la situación desde el punto de vista político a partir de ahora, pero humanitariamente lo más seguro es que empeore sin remedio en las próximas semanas y sus consecuencias se dejen sentir a lo largo de los próximos años. Por el momento, se sabe que las lluvias seguirán cayendo en varias zonas del país y que nuevas zonas se están inundando, destruyendo más cosechas y matando a más ganado.