Clinton, que se halla de visita oficial a Seúl con motivo de la celebración del 60 aniversario del fin de la Guerra de Corea, ha aprovechado la ocasión para dejar claro que no tolerará nuevas provocaciones del régimen norcoreano al que es ahora su mayor aliado en la región.
La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, anunció ayer miércoles que su país aplicará nuevas sanciones a Corea del Norte como consecuencia del hundimiento del buque surcoreano Cheonan el pasado marzo por parte un misil de Pyongyang.
Las medidas tendrán como objetivo desestabilizar las políticas del régimen comunista, y, si bien no se han concretado a la espera de que el asesor de EEUU para la no proliferación nuclear se desplace a la región, Clinton ya ha comentado que incluirán la congelación de los bienes de bancos, individuos o entidades norcoreanas cuyas actividades estén relacionadas con la industria nuclear.
Clinton, que se halla de visita oficial a Seúl junto con el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, con motivo de la celebración del 60 aniversario del fin de la Guerra de Corea, ha aprovechado la ocasión para dejar claro que no tolerará nuevas provocaciones del régimen norcoreano al que es ahora su mayor aliado en la región.
Además, la secretaria de Estado ha recordado que en estos momentos retomar las conversaciones a seis bandas sobre el programa nuclear norcoreano, paralizadas desde finales de 2008, depende de que el régimen de Pyongyang asuma su responsabilidad sobre el incidente del Cheonan.
Clinton añadió, por último, que "estas medidas no están dirigidas contra el pueblo norcoreano, que ha sufrido durante demasiado tiempo por las prioridades erróneas de su gobierno", pero que es preciso que Corea del Norte abandone su actitud beligerante y actúe de acuerdo con las normas internacionales y proceda a la desnuclearización.
Gates, por su parte, se reunió con su homólogo surcoreano, Kim Tae-young, para comentar los detalles de los ejercicios militares conjuntos que se prevé comenzarán el 25 de julio en aguas de la costa oriental de la Península Coreana, y con los que ambos países quieren lanzar un claro mensaje de advertencia a Pyongyang.