Unas 31 personas murieron el fin de semana en Colombia, incluyendo militares, policías, rebeldes y civiles, en ataques o enfrentamientos con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en diversas regiones del país.
Unas 31 personas murieron el fin de semana en Colombia, incluyendo militares, policías, rebeldes y civiles, en ataques o enfrentamientos con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en diversas regiones del país.
Este domingo una decena de soldados perdió la vida en combates librados en una zona rural del departamento de Arauca con guerrilleros de la décima cuadrilla de las FARC, la cual también registró muertos en sus filas, pero las autoridades aún no precisan la cantidad de víctimas o sus identidades.
Esta madrugada, en la zona rural de Planadas, en el departamento del Tolima, se llevó a cabo una operación conjunta entre el Ejército, la policía y la fuerza aérea.
Según los reportes en el lugar murieron unos 12 rebeldes, quienes presuntamente eran del esquema de seguridad del máximo comandante de las FARC, alias "Alfonso Cano".
"Alfonso Cano", cuyo nombre real es Guillermo León, es desde 2008 el jefe máximo de las FARC, luego de que su líder histórico, Pedro Antonio Marín, alias "Manuel Marulanda" o "Tirofijo" muriera por una afección cardíaca en las selvas del sur de Colombia.
Informes de inteligencia indican que Cano se mueve en parajes selváticos entre las regiones de Cauca (suroeste), Valle del Cauca (suroeste) y Tolima.
El sábado, en los departamentos de Arauca (noreste), Cauca y Antioquía (noroeste) tres soldados murieron al pisar una mina terrestre. En tanto, dos policías, dos civiles y un detective del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) perecieron en emboscadas a vehículos oficiales.
En todos los casos anteriormente descritos, las autoridades le atribuyen la responsabilidad a las FARC, que históricamente han considerado esas regiones como importantes corredores para el tráfico de armas y estupefacientes.
De acuerdo con el analista Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC), el grupo guerrillero pretende con estas acciones violentas, "darle la bienvenida al presidente (electo), Juan Manuel Santos", y hacer gala de una fortaleza militar que no es igual a la de hace unos años.
"Es probable que de aquí a la fecha de posesión del nuevo presidente haya una serie de acciones que busquen mostrar esa fortaleza que las FARC quieren mostrar y que, sin embargo, es muy diferente a la que tenían hace cuatro, seis u ocho años", dijo Restrepo a Xinhua.
Una de las diferencias, aclaró el experto, es que la ofensiva rebelde se mantiene en áreas rurales y lejos de las ciudades.
"Son las mismas zonas, zonas en las que además hay una presencia cercana de líderes de la guerrilla (...) zonas donde hay unas dificultades importantes con otros grupos por cultivos ilícitos y rutas del narcotráfico", añadió.
Para el director de CERAC, esto evidencia que en los últimos años esta nación ha tenido "un avance en temas de seguridad, pero ese avance no ha sido suficiente como para declarar la derrota de la guerrilla y por eso, ellos siguen diciendo aquí estamos", aunque esas expresiones no tengan la misma intensidad de otras épocas.
En la década de los 90 y a inicios de este siglo, la guerrilla perpetraba ataques contra edificios de gobierno y sedes militares en los días de jornada electoral, así como en momentos previos a la llegada de un nuevo mandatario.
El saldo de fallecidos en ese tipo de incursiones se elevó al menos a un centenar.
Las elecciones presidenciales que se celebraron en esta nación sudamericana el pasado mes de junio, transcurrieron con normalidad, pues en el territorio colombiano no hubo mayores alteraciones del orden público.