El sargento de la Policía, Libio José Martínez, cautivo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hace casi 13 años, cumple hoy 33 años de vida, una vez más lejos de su familia y sin vislumbrar una pronta liberación.
Martínez, quien ha permanecido una tercera parte de su vida como rehén de las FARC, fue secuestrado el 21 de diciembre de 1997, en un ataque rebelde contra una base del Ejército en el cerro de Patascoy, del suroccidental departamento de Nariño, limítrofe con Ecuador.
En la incursión guerrillera, las FARC mataron a 22 militares y tomaron como rehenes a 18, entre ellos Libio Martínez. En 2001, unos 16 uniformados fueron dejados en libertad.
"Le deseo a mi papito que tenga un feliz cumpleaños, lo quiero mucho y lo extrañamos. Todos los días le rezo a Dios para que logres tu libertad y te pueda conocer", dijo a Xinhua Johan Steven, de 12 años e hijo del militar, a quien no conoce.
Johan Steven, acompañado de una centena de personas, realizó el fin de semana pasado una caminata de 70 kilómetros en Nariño para exigir la libertad de todos los secuestrados, en particular la de su padre.
El menor dijo que su familia celebraría una ceremonia religiosa para recordar a su progenitor y pedirle a Dios su pronta liberación.
Martínez, el secuestrado más antiguo del grupo rebelde, junto con el coronel de la Policía, Edgar Duarte, el uniformado con más alto rango, son los rehenes de mayor valor para las FARC, en su propósito de negociar un "intercambio humanitario".
Las FARC buscan la liberación de 19 rehenes a cambio de la amnistía de más de 500 guerrilleros presos.
En junio fueron reveladas pruebas de vida de varios secuestrados, entre ellos Martínez, quien pidió al presidente Alvaro Uribe y al electo mandatario Juan Manuel Santos, trabajar en la liberación de todos los secuestrados
Santos, quien asumirá el nuevo gobierno el 7 de agosto, ha rechazado la posibilidad de negociar el "intercambio humanitario" durante su administración, pero prometió el rescate militar de los rehenes, y la lucha frontal contra la guerrilla hasta derrotarla.
Desde la década de 1990, la guerrilla colombiana inició secuestros selectivos de decenas de uniformados, políticos y ciudadanos extranjeros, con el objeto de presionar la liberación de centenares de guerrilleros presos a cambio de rehenes.
La posibilidad de un Acuerdo, Intercambio o Canje Humanitario ya ha sido analizada en múltiples oportunidades, pero siempre han fracasado las negociaciones ante la falta de consenso de los tres últimos gobiernos y las FARC.
En contraste, familiares de los secuestrados, ex rehenes y diversas organizaciones defensoras de Derechos Humanos han abogado en reiteradas ocasiones por la liberación de los prisioneros mediante este proceso, rechazando el rescate militar al considerarlo peligroso y arriesgado. Un grupo de la sociedad civil, que encabeza la senadora opositora Piedad Córdoba, mediadora en los procesos de liberación, mantiene un intercambio epistolar con la guerrilla con el fin de buscar la liberación de 19 militares y policías secuestrados.
El cumpleaños de Martínez sigue una semana después de que decenas de ex secuestrados de las FARC clamaron por la liberación de todos los rehenes y pidieron a los insurgentes renunciar a este delito. Fin