La crisis económica global modificará la relación que mantienen los gobiernos con el Foro Social Mundial (FMS), afirmó en la ciudad brasileña de Belém, estado de Pará (noreste), Cándido Grzybowsky, uno de los fundadores del foro.

La crisis económica global puede ser una gran oportunidad para la corriente altermundialista reunida en Belém, destacó en entrevista a Xinhua Grzybowsky, quien se desempeña como miembro del Consejo Internacional del FMS, órgano encargado de definir los lineamientos generales de la actuación del movimiento.

El FSM es un espacio abierto de reunión que estimula, de forma descentralizada, la relación entre organizaciones y movimientos comprometidos en acciones concretas, en los planos local e internacional "para la construcción de otro mundo, más solidario, democrático y justo", según sus organizadores.

En Belém se realiza la novena edición del FSM que termina este domingo, donde se calcula que hubo unas 2.400 actividades, entre asambleas, seminarios, talleres, ceremonias, citas deportivas y actividades culturales propuestas por organizaciones de todo el mundo, con unos 100.000 asistentes.

Muchos participantes del FSM ven la crisis global con optimismo, porque creen que el mundo atravesará una gran reestructuración que puede permitir acercarse al ideal de que "Otro mundo es posible".

Dentro del propio Foro, sin embargo, surgen voces autocríticas, como la del conocido sociólogo brasileño Emir Sader, quien considera que los movimientos sociales no están preparados para proponer un nuevo orden económico, ya que ejercen poca influencia para cambiar la coyuntura.

Para Grzybowsky, la crisis es una oportunidad, pero no debe alterar los principios de descentralización y autonomía.

"Nuestra función como Foro es fortalecer la ciudadanía, los que deben dar soluciones a la crisis son los gobiernos. Nosotros tenemos que presionarlos para que ellos no miren sólo a las empresas y sus intereses, sino sobre todo garantizar ciudadanía, garantizar derechos humanos", indicó.

Los gobiernos que se dicen progresistas están ahora más expuestos por la crisis a dar cuenta de sus acciones ante los movimientos sociales, afirmó Grzybowsky al señalar que la crisis coloca más desafíos a los gobiernos que al propio FSM.

"Los gobiernos nos negaban y no reconocían nuestra legitimidad. Ahora tenemos algunos gobiernos en América Latina que ya nos reconocen. Siempre iban a Davos, entonces hay un cambio de parte de ellos. Lo que queremos es tener más gobiernos que se abran para las cuestiones que nosotros proponemos", explicó.

Este jueves cinco presidentes sudamericanos, Lula da Silva de Brasil, Rafael Correa de Ecuador, Evo Morales de Bolivia, Hugo Chávez de Venezuela y Fernando Lugo de Paraguay, se presentaron juntos por primera vez en el FSM para debatir los efectos de la crisis en América Latina.

Con relación a los críticos que reclaman una mayor intervención política del FSM y la búsqueda de espacios de poder, el dirigente altermundialista se mostró cauteloso.

"En términos del foro, nosotros tenemos que mantener nuestra autonomía, porque esto es un territorio, según nuestras reglas", subrayó. Fin