El líder cubano Fidel Castro dijo que la declaración final de la reunión celebrada en Estados Unidos del Grupo de los 20 sobre la crisis financiera mundial no rozó "ni con el pétalo de una flor los privilegios del imperio".

De acuerdo con Castro, citado hoy por el diario oficial "Granma", en el encuentro de los países industrializados y algunos en vías de desarrollo, "no se abordaron verdaderamente los males económicos que aquejan al planeta".

Los líderes del Grupo de los 20 (G-20) se reunieron el sábado en Washington para discutir la crisis financiera internacional.

Señaló que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, sentó a su izquierda al presidente chino Hu Jintao "al que respeta por el enorme mercado de su país, la capacidad de producir bienes de consumo a bajo precio y el caudal de sus reservas en dólares y bonos de Estados Unidos".

En una de sus reflexiones titulada "El parto de los montes", Fidel Castro señaló que en el documento de Washington no se dice una palabra de lo absurdo de la política de convertir los alimentos en combustible que propugna Estados Unidos.

Criticó que tampoco se haya hablado del "intercambio desigual de que somos víctimas los pueblos del Tercer Mundo, ni sobre la estéril carrera armamentista, la producción y comercio de armas, la ruptura del equilibrio ecológico, y las gravísimas amenazas a la paz que ponen al mundo al borde del exterminio".

El ex presidente cubano señaló que la cita fue una loa al Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y las organizaciones multilaterales de crédito.

Castro calificó a dichos organismos de "engendradores de deudas, gastos burocráticos fabulosos e inversiones encaminadas al suministro de materias primas a las grandes transnacionales, que son además responsables de la crisis".

Consideró la cita de "Pleitesía al imperio (Estados Unidos), que no recibe crítica alguna de sus métodos abusivos", y opinó que Bush es el "campeón del neoliberalismo, responsable de matanzas y guerras genocidas, que ha invertido en sus aventuras sangrientas todo el dinero que habría sido suficiente para cambiar la faz económica del mundo".

Antes de celebrarse esta reunión en Washington, Fidel Castro habia dicho que a esa cita del G-20 no habían sido convocados más de 150 Estados con iguales o peores problemas sobre el orden financiero internacional.

En su opinión, el documento final del encuentro es sólo "una apelación piadosa a la ética del país más poderoso del planeta (...) como quienes ruegan al lobo que no se devore a la Caperucita Roja".