El presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva llamó este sábado a los países desarrollados a resolver sus propios problemas primero, diciendo que esta es la mejor solución para prevenir que la actual crisis financiera se propague.
"Por primera vez los problemas no están en los países pobres, sino en los de economías desarrolladas", agregó Lula, que se encuentra en la capital estadounidense para asistir a la Cumbre sobre los Mercados Financieros y la Economía Mundial.
"No es de ayuda buscar medidas paliativas si no se resuelven problemas crónicos en la política económica norteamericana y en la de la Unión Europea", afirmó ante la prensa antes de reunirse con otros líderes del Grupo de los Veinte (G-20) en la cumbre formal de cinco horas celebrada el sábado en el centro de Washington.
El G-20, fundado en 1999, aglutina a Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, la India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía, Reino Unidos, Estados Unidos y la Unión Europea.
El grupo reúne del 85 al 90 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y cerca de dos tercios de la población mundial.
Lula, que además es el presidente interino del G-20, también llamó para crear una regulación más justa del sistema financiero global y de la economía mundial.
"Actualmente, alguien puede volverse multimillonario sin producir un sólo pedazo de papel, un sólo trabajo, sin generar un sólo salario. Por esto, necesitamos regulaciones serias que salgan del G-20", afirmó el mandatario brasileño.
Subrayó que el Grupo de los Ocho (G-8) que reúne a Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Rusia, no es ya relevante en el mundo globalizado actual, y que el G-20 deberá desempeñar un papel más importante a la hora de formular las regulaciones financieras internacionales.
"Estamos hablando del G-20 porque el G-8 no tiene ya razones para existir, en otras palabras, las economías emergentes deben ser consideradas en el mundo globalizado actual", agregó.
El presidente Lula siguió exponiendo su punto de vista en la reunión, al decir que "las existentes organizaciones multilaterales y las reglas internacionales actuales fueron rechazadas por la historia. Tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial deben abrirse a una mayor participación de las economías en desarrollo", afirmó durante su intervención, de 15 minutos.
"Esto significa una mayor voz, representación y voto para los países en vías de desarrollo", dijo Lula.
Al conversar con la prensa tras la reunión, el ministro de Finanzas brasileño, Guido Mantega, expresó su satisfacción de que Brasil ha alcanzado muchas de sus metas en la reunión financiera de Washington.
"Hemos alcanzado nuestra meta de establecer al G-20 a un nivel presidencial", aseguró el ministro, añadiendo que "esta crisis financiera ha hecho que las cosas sean viables que no eran posibles antes".
Antes de la cumbre de Washington, el G-20 había estado desempeñándose como un foro internacional de ministros de Finanzas y gobernadores del banco central de las economías miembros.
La Cumbre sobre los Mercados Financieros y la Economía Mundial marca la primera vez en que el G-20 realiza una reunión con líderes de Estado, en vista de la peor crisis económica desde la década de 1930. Fin