Los disturbios del 14 de marzo dañaron la buena reputación del Budismo, manifestó ayer el Buda Viviente Zhukang Tubdankezhub a reporteros de Hong Kong, Macao y Taiwán.
"Los sucesos del 14 de marzo no tenían que ver con la gente ni con la religión, sino con el intento de los seguidores del Dalai Lama de hacer que el Tíbet se separe de China", comentó Zhukang Tubdankezhub, jefe de la División de la Región Autónoma del Tíbet de la Asociación de Budismo de China. "Como sabemos, gente de todos los sectores de la sociedad condena la violencia terriblemente. Este es un momento dorado para el desarrollo económico, cultural y religioso del Tíbet, pero el grupo del Dalai Lama actuó en contra de la voluntad de los tibetanos", declaró.
En respuesta a una pregunta sobre su actitud hacia el Dalai Lama, él respondió: "Siempre y cuando ame al país y no participe en actividades separatistas, todos nosotros le daremos la bienvenida, y nosotros respetamos las políticas del gobierno central".
Ngawang, un funcionario del Comité Administrativo del Monasterio Jokhang, mencionó que desde el 14 de marzo, ningún monje del monasterio ha sido castigado y que el monasterio ya está operando con normalidad.
Como el primer templo budista en el Tíbet, el templo Jokhang, que significa "Casa del Señor", fue construido durante el reinado de Songtsen Gampo en el Siglo VII para celebrar su matrimonio con la princesa Wencheng de la Dinastía Tang.
La policía armada reanudó la vigilancia en Lhasa. Padma Choling, vicepresidente del gobierno de la Región Autónoma del Tíbet, indicó que la policía armada impedirá cualquier alteración durante el festival Saga Dawa.
El festival, que se celebra el miércoles, es uno de los festivales más importantes del Budismo Tibetano. Durante el festival, decenas de miles de religiosos realizan peregrinaciones a lo largo de una ruta de nueve kilómetros alrededor del centro de Lhasa.
Por invitación de la Oficina de Información del Consejo de Estado o gabinete chino, 31 reporteros de 18 medios de comunicación de Hong Kong, Macao y Taiwán empezaron ayer un recorrido de tres días por el Tíbet.
Durante la visita, los reporteros van a sostener amplios contactos con funcionarios, monjes y público en general y podrán entrevistar a propietarios de comercios que fueron dañados durante los disturbios.
También visitarán la Universidad del Tíbet, compañías dedicadas a las artesanías, el Palacio Potala y Norbu-Linkag.