El tatuaje se ha convertido en una nueva forma de expresión artística oculta a veces debajo de las más impecables apariencias, dejando así de asociarse estrictamente a los marineros o las clases más marginales. Hoy día, sobre todo en Europa, no es difícil encontrar a una ejecutiva de una gran multinacional luciendo un piercing (perforación) en la nariz o un tatuaje debajo de un elegante traje "Armani". Sus autores, reivindicaron el valor de esta modalidad de expresión durante la Convención de Tatuajes de Buenos Aires, en la que más de 40 tatuadores enseñaron al público las últimas tendencias".
"Este es el primer evento que se refiere al arte y al tatoo, ya que pone un marcado énfasis en el arte y la expresión", dijo la organizadora del evento, Andrea Díaz.
"Cada tatuador es un arte en si, y es la diferencia que tiene este evento respecto a otras convenciones que se han realizado antes" , agregó.
Máscaras, tribales, mariposas, flores, duendes hasta las más clásicas calaveras y motivos "dark", conformaron la estética de esta especie de festival al que le faltó espacio para la numerosa concurrencia de aficionados y curiosos.
En Argentina, el tatuaje empezó a tener auge en los últimos 10 años. Hay muchos tatuadotes argentinos trabajando fuera, la gran mayoría en España, que van a hacer la temporada y luego regresan al país.
Es así como, influidos por las últimas tendencias de ciudades como Londres, Berlín, Milán o Barcelona, tatuadores argentinos están empezando a introducir el gusto por esta forma de arte tan "efímero" como la propia vida del que lo lleva (siempre y cuando uno no se arrepienta y se lo quite con láser).
"Queremos demostrar que el tatuaje es un arte. Cuando ves las piezas de estos profesionales te das cuenta de que son de primerísimo nivel, son gente que lleva años trabajando en esto", dijo Andrea.
Sergio Pisani, uno de los tatuadores brasileños presentes en la convención, dijo "Brasil es famoso porque tiene más gente tatuando, porque comenzó un poquito antes con el tatuaje.
"Esto fue a raíz de la influencia de un chico danés que vino a vivir a Brasil. Se llama Bluky Tatoo, el primero".
Dentro de las actividades de este festival, un voluntario se prestó a tatuarse toda la espalda por dos de estos peculiares artistas.
Uno de los artistas que llevaron a cabo esta espectacular "obra" fue Sergio Sancas, quien dijo que "aquí no hay tanta cultura, en Europa la gente quiere más al tatoo".
El tatuaje va evolucionando, hoy hay una calidad que no existía hace 10 años, con muchas influencias orientales y mucho más realista.
Shigé (Japón), Robert Hernández (España), Boris (Hungría), son algunos de los nombres más destacados entre los artistas de esta disciplina expresiva.
Sin embargo, no existen aún escuelas donde estos artistas aprendan su técnica y adquieren sus habilidades a base de asistir a convenciones y la simple experimentación.
"En Argentina hay mucho nivel entre los tatuadores", afirmó Miguel, tatuador venido del País Vasco (España) especialmente para la ocasión.
"Hay una gran capacidad creativa y calidad técnica, hay muy buenos tatuadores argentinos".
Paralelamente a la muestra de tatuajes, unos 10 expositores vendían insumos como tintas, máquinas, camisetas y todo aquello que necesitan los tatuadores para realizar sus trabajos.
En el próximo evento se está pensando realizar una exposición de fotos antiguas de nativos tatuados, así como otras imágenes que recorran la historia del arte del tatuaje.
También tuvo lugar la entrega de premios del concurso de tatuajes, con un jurado que determinó cuál era el mejor trabajo realizado en este festival, así como una exhibición de arte de lucha japonesa entre un grupo de ninjas y un samurai. Fin