Un funcionario de alto nivel del Comité de Relaciones Exteriores de la Asamblea Popular Nacional (APN) de China hizo hoy declaraciones sobre una "medalla de oro" que confirió el Congreso de Estados Unidos al Dalai Lama. A continuación se presentan las declaraciones:
Ignorando la fuerte oposición y repetidas protestas de China, el Congreso de Estados Unidos sostuvo una ceremonia en el Capitolio el 17 de octubre y confirió al Dalai Lama la llamada "Medalla de Oro del Congreso", brindando al Dalai Lama un foro para que distorsionara la realidad y llevara a cabo actividades destinadas a dividir a China. Esta acción provocadora constituye una flagrante intervención en los asuntos internos de China y es sumamente ofensiva para el pueblo chino. Por este medio expresamos nuestra gran indignación y firme oposición a este acto.
Como es sabido por todos, el Tíbet siempre ha sido una parte integrante del territorio de China. Ha sido una región administrativa bajo la jurisdicción directa del Gobierno Central de China desde mediados del Siglo XIII. Incluso el título del Dalai Lama surgió como resultado de una concesión del Gobierno Central de China.
La "Medalla de Oro del Congreso" fue entregada al Dalai Lama bajo el argumento de que es un "líder espiritual y cultural" y por su llamada "contribución" a la paz, derechos humanos y libertad religiosa. Pero ?cuál es el verdadero color del Dalai Lama? ?Qué papel ha jugado en la historia del Tíbet? Los hechos hablan por sí mismos.
La gente con cierto conocimiento básico de la historia tibetana sabe que la servidumbre feudal y la teocracia, que eran una dictadura de los monjes y nobles de la clase superior, eran practicadas en el viejo Tíbet bajo el XIV Dalai Lama, y que el Dalai Lama era el jefe de los propietarios de siervos que ejercían el régimen feudal. Bajo ese régimen, la abrumadora mayoría de tibetanos eran siervos o esclavos privados de libertad personal. Con frecuencia eran vendidos o entregados como obsequios por sus propietarios y eran sometidos a tortura en condiciones sumamente inhumanas en las prisiones privadas de los propietarios. La servidumbre en el viejo Tíbet no era menos cruel y brutal que la practicada en la Europa Medieval.
Después de la liberación pacífica del Tíbet en 1951, los siervos y esclavos en el Tíbet demandaron enérgicamente la abolición de la servidumbre feudal y la introducción de la reforma democrática. Sin embargo, algunos miembros de la camarilla gobernante tibetana se opusieron obstinadamente a la reforma. Ellos intentaron perpetuar la servidumbre feudal en el Tíbet para proteger sus derechos adquiridos. Lanzaron una rebelión armada completa en 1959 e hicieron abiertamente el llamamiento separatista en pro de la "independencia de Taiwan".
Con el apoyo de los lamas y población tibetanos, el Gobierno Central sofocó rápidamente esta rebelión destinada a dividir a China. Para restablecer la siniestra servidumbre feudal autocrática, el Dalai Lama huyó de China, poniéndose en contra del Gobierno Central y de los tibetanos. El Dalai Lama se ha esforzado arduamente por no enfrentar la verdad de su régimen cruel en el viejo Tíbet, y nunca ha mostrado ningún arrepentimiento por ello. Sin embargo, se ha erigido en el "vocero" de la libertad del Tíbet y en el "defensor" de los derechos humanos y de la dignidad humana, en un intento por engañar a la comunidad internacional.
Glorificar al Dalai Lama por su llamada "contribución" al avance de los derechos humanos y calificarlo como un "luchador por los derechos humanos", no sólo distorsiona la historia sino que también constituye una burla a la libertad, derechos humanos y dignidad humana.
Después de que el Dalai Lama huyera de China, el Gobierno Central, actuando en beneficio de la unidad nacional y étnica de China, mostró una gran paciencia con la esperanza de que el Dalai Lama diera marcha atrás. El cargo del Dalai Lama de vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de China se mantuvo hasta 1964. Pero el Dalai Lama estableció el ilegal "gobierno en el exilio" en el extranjero, y ha continuado erigiéndose como el "líder político y religioso" de la comunidad tibetana en el exilio, y ha sostenido bastantes actividades separatistas. El nunca ha renunciado a la posición a favor de la "independencia del Tíbet" en las décadas pasadas.
En los años recientes, el Dalai Lama ha continuado afirmando que el Tíbet es un país ocupado por China. El pide el derrocamiento del actual sistema social en el Tíbet y el establecimiento de un "Tíbet mayor", que nunca exisitió en la historia. También pide el sostenimiento de una "conferencia internacional" para convertir al Tíbet en una "zona internacional de paz" y en una zona desmilitarizada y la expulsión de todos los no tibetanos del "Tíbet mayor". Todas estas demandas, que son llamamientos abiertos a la "independencia de Taiwan", constituyen una completa violación a la Constitución de China.
Todo esto demuestra claramente que el Dalai Lama es un exiliado político dedicado a actividades separatistas bajo el velo de "líder religioso". Desde que huyó de China, el Dalai Lama no ha hecho nada para promover el desarrollo del Tíbet o el bienestar de los tibetanos. De ninguna manera representa a los tibetanos. La cuestión relacionada con el Dalai Lama no es un asunto étnico ni religioso ni un asunto de los derechos humanos. Más bien, es un asunto político grave: intentar dividir a China.
Por motivos ocultos, el Dalai Lama ha propagado en los años recientes rumores de que el "Tíbet ha sido invadido y ocupado", que "los tibetanos están sufriendo" y que "la cultura tradicional tibetana y el ambiente natural están amenazados". ?Pero cuál es la realidad?
Después de que el Dalai Lama se fuera al exilio tras la fallida rebelión armada, se introdujo la reforma democrática en el Tíbet, en respuesta a la fuerte demanda del pueblo tibetano. La servidumbre feudal, un sistema muy bárbaro, fue abolida y la autonomía regional fue instituida en el Tíbet en 1965. Los siervos y esclavos bajo el régimen del Dalai Lama ahora son dueños de su propio destino, y participan activamente en la dirección de los asuntos de Estado y ejercen completamente los derechos autónomos estipulados por la Constitución y por las leyes de China. Los tibetanos ejercen la autonomía regional y se hacen cargo de sus asuntos étnicos.
Cambios sociales y económicos enormes han tenido lugar en el Tíbet gracias al apoyo del Gobierno Central y de la gente de toda China. La población del Tíbet ha crecido a 2,81 millones, a diferencia de los 1,15 millones en la época de la liberación pacífica. La mayoría está constituida por tibetanos.
Como la economía del Tíbet ha estado creciendo a un índice de más de 12 por ciento durante muchos años, ha habido una mejora fundamental en la vida de los tibetanos. La inauguración de la vía férrea Qinghai-Tíbet impulsará enormemente el desarrollo económico y social en el Tíbet. En el viejo Tíbet no había ni una sola escuela moderna, mientras que para fines de 2006, el Tíbet tenía 1.011 escuelas de diversos niveles, en los que estaban inscritos 534.000 estudiantes ó 94 por ciento de los niños en edad escolar. Los derechos de los tibetanos están garantizados por ley. La cultura tradicional es preservada adecuadamente. La libertad de creencia religiosa está garantizada completamente. Existen 1.780 lamaserías en el Tíbet con más de 46.000 lamas y monjas. El Estado ha asignado una enorme cantidad de fondos en los años recientes para el mantenimiento de lamaserías.
El Gobierno Central y el gobierno autónomo tibetano siempre han dado máxima prioridad a garantizar el equilibrio apropiado entre desarrollo económico y protección medioambiental. En el Tíbet existen 38 reservas naturales, que abarcan un área total de 410.000 kilómetros cuadrados. La supervisión medioambiental muestra que el Tíbet tiene un buen medio ambiente. Su agua y aire prácticamente están libres de contaminación, la mayoría de sus áreas se encuentra en estado natural y el Tíbet cuenta con uno de los mejores ambientes naturales del mundo. El Tíbet nunca ha disfrutado de tanto desarrollo y estabilidad como ahora.
Durante años, un pequeño número de congresistas estadounidenses a favor del Dalai Lama han aprovechado la visita de éste como una excusa para atacar a China. Ellos han presentado o adoptado deliberadamente proyectos de ley o resoluciones infundados para manchar la imagen de China. Han acusado injustificadamente en repetidas ocasiones a China de las llamadas cuestiones de derechos humanos y de libertad de creencia religiosa. Ahora han llegado al extremo de entregar al Dalai Lama, un exiliado político y provocador de problemas, una "Medalla de Oro del Congreso" y le han brindado una oportunidad de difamar injustificadamente al gobierno chino, en un intento por dividir a China. Al hacerlo, se están confabulando abiertamente con las actividades separatistas del Dalai Lama y enviando una señal equivocada a los elementos separatistas a favor de la "independencia de Taiwan". Lo que han hecho ha socavado gravemente las relaciones China-Estados Unidos y la cooperación bilateral en áreas clave. No podemos más que preguntarnos de qué es capaz esta gente.
Exhortamos al Congreso y a la Administración estadounidenses a que no olviden los intereses superiores de las relaciones estadounidenses con China, a que tomen medidas efectivas para reparar el daño causado por la acción errónea mencionada anteriormente, a que dejen de intervenir en los asuntos internos de China, y a que se abstengan de emprender acciones que sean ofensivas para el pueblo chino y que impiden el crecimiento normal de las relaciones China-Estados Unidos.
Nos gustaría recordar a algunos individuos que el pueblo chino se levantó hace mucho tiempo, desde 1949. Defender la soberanía e integridad territorial de China es la resolución común y determinación firme de todos los chinos, incluyendo a la gente del Tíbet. Ninguna fuerza puede detener el progreso del Tíbet en la gran familia de la nación china. Todos los intentos para intervenir en los asuntos internos de China y para socavar los intereses fundamentales de China están condenados al fracaso. Fin