La Policía ecuatoriana sigue hoy en un intenso operativo para dar con el paradero de una custodia, una de las joyas coloniales más significativas de la Iglesia católica de este país, que fue robada de un convento de monjas en la ciudad andina de Riobamba, situada a 200 kilómetros de Quito.

La custodia está valorada en 60 millones de dólares, y fue sustraída por seis delincuentes el sábado, mientras se realizada el partido de fútbol entre Ecuador y Venezuela por las eliminatorias al Mundial de Sudáfrica 2012, ganado por el cuadro venezolano por 1-0.

La Custodia de Riobamba es una joya religiosa que data de 1705, tiene un metro de alto y un peso de 80 libras (36 kilogramos).

La joya colonial está compuesta por una cruz, una corona, un sol de oro, la espiga y el pedestal de plata dorada, adornada de piedras preciosas entre brillantes, diamantes, rubíes, esmeraldas, topacio y amatistas, que suman unas 3.500 piezas en total.

Para su manufactura, las damas riobambeñas más pudientes de esa época contribuyeron con sus joyas, y hoy es considerada como la pieza de mayor valor económico entre las reservas artísticas del país.

El padre Jaime Álvarez, administrador encargado de la Diócesis de Riobamba, pidió la colaboración de todo el pueblo riobambeño.

La Custodia ha sido el signo de la ciudad desde sus comienzos, y se ha identificado como un patrimonio de Riobamba.

Por considerarlo un robo sacrílego, Álvarez aseguró que el obispo de Riobamba, monseñor Víctor Corral, pedirá un decreto para excomulgar a las personas que han hecho este grave daño al patrimonio religioso e histórico de la ciudad.

Mientras el único policía destinado al cuidado del Museo de Arte Religioso del Convento de las monjas conceptas se encontraba observando el partido de fútbol Ecuador-Venezuela, los delincuentes sustrajeron la joya que se exhibía en el Museo de Arte Religioso de la Concepción, de la ciudad de Riobamba.

La Policía realiza un operativo a la entrada y salida de la ciudad para revisar a todas las personas que retornaron de Riobamba luego del feriado, para evitar que la custodia salga de la jurisdicción.

Según las primeras versiones de la Policía, las recepcionistas del Museo fueron amedrentadas.

Una de ellas, que no quiso identificarse, indicó que "los delincuentes no nos agredieron, pero sí nos advirtieron que si no colaboramos, nos atendríamos a las consecuencias. Ellos sabían lo que buscaban y acudieron directamente al salón número 14 para apoderarse de la custodia".

Además de la custodia, los delincuentes se llevaron la corona, el cetro que estaba confeccionado con oro y plata y varias indumentarias elaboradas con perlas, que pertenecían al vestuario de la imagen de la Virgen de Balbanera. Fin