Los funcionarios encargados de gestionar los asuntos económicos en el Tíbet se muestran optimistas sobre el desarrollo económico de esta región suroccidental china en 2009 a pesar del impacto directo o indirecto que han tenido la revuelta de Lhasa del pasado mes de mayo y la crisis económica global.
Los funcionarios explicaron que su optimismo se debe a las inversiones "robustas" que el gobierno central ha realizado en la zona, que garantizarían un crecimiento económico relativamente más rápido que el que podría registrarse en otras partes del país.
En este sentido, el vicedirector de la oficina regional del Tíbet del Buró Nacional de Estadísticas, Wu Jianhua, afirmó que el impacto de la crisis económica global en la región era "limitado", ya que es la inversión del gobierno central la que impulsa la economía del Tíbet.
Wu dijo que 2009 será un año "crucial" en el que el Tíbet deberá completar su parte del decimo primero plan quinquenal nacional.
La estrategia del gobierno chino para desarrollar las infraestructuras en esta región autónoma incluye 180 proyectos valorados en casi 80.000 millones de yuanes (11.760 millones de dólares), cuya ejecución está prevista para el período 2006-2010.
Entre estos proyectos, para los que el gobierno aportará más del 93 por ciento de la financiación, figuran la línea ferroviaria Qinghai-Tíbet y el aeropuerto de Ngari, el cuarto de la región. También se llevarán a cabo proyectos de agua potable, electricidad y comunicaciones.
Wu Jianhua afirmó que ya se han gastado casi 30.000 millones de yuanes en la región y añadió que está previsto que se inviertan otros 20.000 millones en 2009.
El subdirector de la Comisión Regional de Desarrollo y Reforma del Tíbet, Xu Jiangchang, informó de que el consumo en la región, estrechamente vinculado al turismo, se había visto "gravemente afectado" por los disturbios del pasado 14 de marzo en Lhasa.
"La economía todavía se está recuperando del impacto de los disturbios", dijo Xu, quien añadió que los resultados económicos de este año serán probablemente mejores que los de 2008.
El gobierno local ha establecido el objetivo de un crecimiento económico de más del 10 por ciento este año. También pretende conseguir tasas semejantes en lo que respecta a los ingresos per cápita de campesinos y pastores, presupuestos, inversión en activos fijos y ventas al por menor.
La tasa de crecimiento fijada para el Tíbet es mayor que la establecida para otras partes de China. Las ciudades de Beijing y Shanghai, por ejemplo, anunciaron el mes pasado que su meta es llegar a un crecimiento del 9 por ciento.
Xu dijo que la renta per cápita de los campesinos y pastores había registrado tasas de crecimiento de dos dígitos desde 2002 y había alcanzado los 3.170 yuanes el año pasado.
El crecimiento anual del producto interior bruto (PIB) del Tíbet desde que el gobierno central chino acordó estimular la inversión en la zona durante el tercer Simposio de Trabajo del Tíbet en 1994 ha sido de un 13 por ciento de media, tasa que está 3,2 puntos porcentuales por encima de la media nacional. El año pasado, el PIB del Tíbet creció un 10,1 por ciento y casi alcanzó los 39.600 millones de yuanes.
Además, el presidente del gobierno del Tíbet, Qiangba Puncog, dijo el mes pasado a la prensa que de no haber sido por los disturbios en Lhasa, el PIB de la región podría haber alcanzado los 40.000 millones de yuanes en 2008.
El vicedirector de la oficina regional del Tíbet del Buró Nacional de Estadísticas, Wu Jianhua, explicó que el crecimiento económico registrado "no tiene precedentes en la historia del Tíbet".
"Desde que se inició la reforma democrática en 1959, el gobierno central ha ido aumentando progresivamente la cantidad transferida a la región", insistió Wu.
El vicedirector precisó que el valor de estas transferencias entre 1959 y 2007 fue de 160.000 millones de yuanes y añadió que el presupuesto local era deficitario antes de 1989.
El subdirector del departamento de finanzas regional, Ai Juntao, mostró su preocupación ante la posibilidad de que el turismo en el Tíbet no se recupere del impacto de los disturbios y se vea afectado por la reducción del número de turistas europeos y americanos como consecuencia de la crisis financiera.
Según las estadísticas oficiales, un total de 4,02 millones de turistas visitaron el Tíbet en 2007. En este período, los ingresos del sector llegaron a los 4.850 millones de yuanes, lo que representa alrededor del 14,2 por ciento del PIB regional. Sin embargo, los ingresos disminuyeron un 53 por ciento en 2008 y el número de turistas lo hizo en alrededor de un 44 por ciento ese mismo año.El Tíbet espera recibir tres millones de turistas en 2009.
Según Ai, el desplazamiento de tibetanos hacia la parte interior de China a través de la via ferroviaria Qinghai-Tíbet para recibir formación, hacer negocios o hacer turismo constituye un factor "favorable". Ai recordó que muy pocos tibetanos viajaban a otras partes de China antes de la apertura de este enlace ferroviario en 2006.