El Congreso de Estados Unidos aprobó el viernes un masivo paquete de estímulos de la economía de 787.000 millones de dólares, en un intento sin precedentes de la administración de Obama para impulsar la ralentizada economía de su país.
Sin embargo, el paquete conserva la polémica disposición "Compre estadounidense", que prohíbe la compra de hierro, acero y productos manufacturados extranjeros para ser utilizados en cualquier proyecto que esté subvencionado por el paquete de estímulos.
La historia y la economía nos han enseñado que, cuando se hace frente a una crisis financiera mundial, el proteccionismo comercial no es una solución, sino que empeora aún más el problema.
La experiencia también nos ha mostrado que el proteccionismo comercial no protege nada. Durante la Gran Depresión de la década de 1930, las medidas proteccionistas tomadas por países como EEUU provocaron una guerra comercial, dañando aún más el comercio internacional y la economía mundial.
El diario británico Daily Telegraph ha publicado recientemente un comentario titulado "El proteccionismo no es, al final, ninguna protección", en el que cita la Gran Depresión de EEUU de la década de 1930 como ejemplo, afirmando que el proteccionismo no puede solucionar la crisis, sino que sólo provocará más daños al final.
Un miembro de la Cámara de Comercio de EEUU, Chris Braddock, opina que como el 95 por ciento de los consumidores del mundo residen fuera de EEUU, la disposición "Compre estadounidense" provocará que los demás países tomen represalias. Los demás consumidores comprarán sólo productos nacionales también, y entonces las empresas estadounidenses serán las primeras perjudicadas, aseguró.
Desde un punto de vista económico, el proteccionismo comercial es una idea anticuada. En el comercio libre, los participantes pueden mostrar las ventajas que tienen sobre otros a través de la competencia libre y justa, lo que beneficia a todos.
Por supuesto, es necesario tener en cuenta los grupos de personas vulnerables en el desarrollo del comercio libre. También es necesario ayudar a las diferentes industrias a fomentar sus ventajas comparativas, al igual que crear un sistema de comercio internacional más justo y racional. Sin embargo, esto no es lo que piensan los proteccionistas. El proteccionismo rechaza por naturaleza la competencia. Intenta cerrar las puertas para proteger los intereses de una minoría. En un mundo globalizado hoy día, el proteccionismo está condenado a fracasar.
El ministro de Comercio Internacional de Canadá, Stockwell Day, señaló recientemente que las medidas de proteccionismo comercial provocarán una guerra comercial que acabaría dañando las economías de todos los países.
El ministro de Finanzas de Japón, Shoichi Nakagawa, también afirmó que el proteccionismo comercial tendrá una influencia negativa en la economía mundial, añadiendo que Japón se opone terminantemente al proteccionismo.
Antes de la reunión de los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de los países del Grupo de los 7 (G7) del viernes, funcionarios de Alemania y el Reino Unido expresaron su total oposición a las tendencias del proteccionismo comercial.
El proteccionismo comercial también tendrá repercusiones catastróficas en ciertos países pobres, lo que podría convertir la actual crisis financiera en una crisis humanitaria además. En los últimos años, el comercio mundial no ha parado de crecer, ayudando a las economías menos desarrolladas a impulsar su desarrollo, y a sus pueblos a mejorar poco a poco su nivel de vida.
Sin embargo, la actual crisis financiera ha arrastrado a ciertos países pobres otra vez a la pobreza. El Banco Mundial apuntó recientemente que la nueva población pobre del mundo causada por la crisis financiera podría superar los 200 millones de personas pobres en 2008 y 2009, y que la tasa de mortandad infantil en los países pobres podría subir también en los próximos años.
No hay duda de que la reemergencia de medidas proteccionistas en el comercio no sólo provocará disputas comerciales, debido al impacto que tendrán en el sistema comercial internacional, sino que además recrudecerá la pobreza en el mundo y dará lugar a más tragedias.
La crisis financiera internacional es un reto mundial que requiere la cooperación práctica de todos los países para encontrar una solución. En una economía globalizada, el destino de los países está estrechamente ligado. Sólo a través de la cooperación y los esfuerzos concertados podrán hacer frente a la crisis de forma eficaz las partes implicadas.
La historia nos ha enseñado que cuanto más crítica es la situación, más firmemente hay que adherirse a los principios de apertura y cooperación. El proteccionismo comercial sólo hará más profunda y larga la crisis.
En estos momentos críticos, todos los países deben crear de manera activa un entorno de libertad y comodidad para el comercio y la inversión, profundizar la cooperación económica y comercial mundial, y promover el sano desarrollo del sistema comercial multilateral, para sentar las bases para que la economía mundial pueda superar la crisis cuanto antes. Fin