No todo está bien en la juguetilandia china. Al mismo tiempo que los productores buscan refugio para escapar de los gélidos vientos de la recesión y guardan la esperanza de que las compras navideñas les libren de la presión, también tienen que luchar contra las nuevas y rígidas medidas que en materia de seguridad las naciones consumidoras están implementando.
“Les deseo a los niños del mundo una segura y feliz Navidad y espero que los juguetes chinos les den felicidad”, expresó Qin Gang, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, durante una conferencia de prensa en la que se le inquirió sobre la seguridad en los juguetes chinos de cara a la temporada navideña.
Esta Navidad traerá de todos para los exportadores, afirmaron expertos en el área. Aunque algunos de los más importantes productores tienen muchas razones para estar felices, la mayoría de pequeños y medianos empresarios no comparten esas razones puesto que tendrán que invertir en tecnologías más costosas para mejorar la calidad y la seguridad en los juguetes.
Estándar divergente
“Es la peor época navideña que hemos experimentado en más de 10 años. Caida en los pedidos, alza en los precios, compradores regateando y estándares de seguridad más elevados, nos están complicando las cosas”, comentó Lin Jianmin, fundador y gerente general de Quanzhou Jianmin Toy Co Ltd, en la provincia de Fujian.
La fábrica, que suele tener ingresos anuales por 2 millones de yuanes, emplea a 30 trabajadores y produce muñecas rellenas que son regaladas en Navidad e miles de niñas de América del Norte y Alemania. La temporada más alta para esta juguetera es de agosto a noviembre, pero este año los pedidos cayeron en más de 50 por ciento.
Aunado a esto tenemos las frecuentes cambios en las líneas de producción, agregó Lin. Este juguetero ha tenido que modificar las líneas de producción (proceso lento y costoso) dos veces por mes. “Cuando los pedidos de Alemania fueron cancelados, tuvimos que cambiar la programación de las máquinas para cumplir con los requisitos estadounidenses. Los estándares de seguridad en ambos países son diferentes”, continuó explicando Lin.
Según el recuento que el juguetero nos hizo, poco tiempo después, debido la promulgación de nuevas leyes federales sobre la protección a los menores en Estados Unidos, se tuvo que detener la producción y hacer aún más cambios para cumplir con las cada vez más elevadas medidas en materia de seguridad. “Debido a los diferentes estándares de seguridad y al cambio constante en las leyes en la materia, hemos tenido que irnos acoplando a estos ajustes durantes los últimos años”, dijo Lin.
Este tipo de cambios afectan la eficiencia e incrementan los costos. “Nos toma más de una semana reprogramar las máquinas para que cumplan con otros requisitos y este proceso involucra grandes gastos”, añadió.
“No estoy seguro de si sobreviviremos este año, pero puedo asegurar que nuestra producción es totalmente segura y de calidad”, explicó el juguetero de Quanzhou al tiempo que afirmó que de tener baja calidad o problemas de seguridad ya habría sido castigado por las autoridades locales de supervisión e inspección.
“Nosotros (China) continuamente instamos a los manufactureros a que tomen las medidas más estrictas en materia de seguridad en juguetes e inspeccionamos y supervisamos todo el proceso de producción”, explicó el vocero del ministerio de exteriores.
Como consecuencia de la creciente preocupación sobre la seguridad de los productos chinos, Estados Unidos y la Unión Europea iniciaron una ronda de negociaciones el 17 de noviembre en Bruselas para intentar establecer estándares comunes. Las pláticas fueron formalmente inauguradas durante una reunión trilateral de alto nivel entre la comisionada para Asuntos del Consumidor de la UE, Meglena Kuneva, la presidenta de la comisión de Seguridad en los Productos para el Consumidor de Estados Unidos, Nancy Nord, y el viceministro de la Administración de Calidad de China, Wei Chuanzhong.