El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, dijo hoy que la manera en que el mundo trata de resolver sus problemas económicos debe ser repensada en medio de la actual crisis mundial, incluyendo la transformación del Grupo de los Siete en un Grupo Directivo que habilite a los Estados económicos en ascenso.
Sobre la próxima elección en Estados Unidos, Zoellick dijo que el nuevo presidente tendrá que ir más allá "de la lucha por la estabilización financiera" para atender "las consecuencias económicas".
Quien resulte elegido para la Casa Blanca debe trabajar con otros en la modernización del sistema multilateral pues es necesario que exista una mayor responsabilidad compartida por la salud y el funcionamiento eficaz de la economía mundial de hoy, dijo.
"El G-7 no está funcionando. Necesitamos un grupo mejor para un momento diferente", dijo Zoellick en un discurso pronunciado en el Instituto Peterson de Economía Internacional, un importante grupo de expertos de Washington, D.C.
"Para la cooperación financiera y económica debemos considerar un nuevo Grupo Directivo que incluya a Brasil, China, India, México, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica y al actual G-7", dijo.
Antes de las Reuniones Anuales del Grupo del Banco Mundial, Zoellick dijo que el nuevo Grupo Directivo debe hacer más que sustituir al G7 con un número fijo, el G14, porque esto equivaldría a emplear los métodos del mundo viejo para reconstruir el nuevo.
El Grupo Directivo debe evolucionar para adaptarse a las circunstancias, incluyendo a las nuevas potencias emergentes, a la vez que sirva de red para una interacción frecuente, dijo.
"Necesitamos un Facebook para la diplomacia económica multilateral", dijo Zoellick.
Sobre los efectos de la crisis financiera, Zoellick dijo que "los acontecimientos de septiembre podrían constituir el punto de volcamiento para muchos países en desarrollo".
"Una baja en las exportaciones, así como en el flujo de capital, conducirá a una disminución en las inversiones", dijo. "La desaceleración del crecimiento y el deterioro de las condiciones financieras, combinados con las restricciones monetarias, generarán derrumbes de negocios y posiblemente emergencias bancarias".
"Algunos países se deslizarán hacia una crisis en la balanza de pagos. Como ocurre siempre, los más pobres son los más indefensos", dijo.