El 18 de marzo de 2013 es un día feriado en México con motivo de la conmemoración de la expropiación petrolera. A las 3:30 de la tarde de aquél día, en una de las principales televisoras de México, era ya la hora para una entrevista sobre China en un programa de diálogo, pero el invitado, Wu Yongheng, el director general para América Latina de la revista China Hoy, aún no había llegado.
A pesar de sus repetidos intentos, el presentador nunca logró comunicarse al teléfono celular del señor Wu. Desesperado, no tuvo más remedio que llamar a la oficina de China Hoy.
Cuando los miembros de China Hoy llegaron presurosos a la residencia del Sr. Wu, su peor temor ya había ocurrido: la muerte se les había adelantado.
El Sr. Wu Yongheng ya había partido, la fulminante enfermedad se lo había llevado tan de prisa que no le dio tiempo de decir un último adiós.
Lao Wu, un embajador entre los pueblos
En el Grupo de Publicaciones Internacionales de China, todos le llamaban “Lao Wu” (Lao es la forma más cariñosa y respetuosa con que se conoce a las personas de edad en China).
En 2004, el Grupo impulsó su estrategia al exterior de comunicación restringida con el fin de publicar la revista China Hoy en el lugar y en el idioma local del país.
En aquel momento, Wu Yongheng, que acababa de jubilarse, tras ocupar el cargo de subdirector de la Oficina de Asuntos Exteriores de la Agencia de Noticias Xinhua, aceptó sin vacilar la invitación de trabajar para la Oficina Regional de América Latina..
En 1964, Lao Wu inició en Cuba sus estudios del idioma español, y desde entonces, albergó un profundo amor por la tierra latinoamericana. Trabajó como traductor en la oficina de Panamá de la Agencia de Noticias Xinhua, y como periodista en jefe en la oficina de Bogotá, Colombia y en la de Buenos Aires, Argentina; posteriormente asumió el cargo de director y de editor en jefe del Departamento de América Latina de la Agencia de Noticias Xinhua. Trabajó alrededor de 20 años en los países latinoamericanos y dominó no sólo el español, sino también el portugués.
Bajo la torre del Reloj Chino, ubicado en la glorieta de Bucareli de la Ciudad de México, se alza una placa que conmemora la remodelación de la torre que financió la revista China Hoy. Esta torre, construida originalmente en 1910, fue en aquél entonces un obsequio que la comunidad china hizo al gobierno de México para celebrar el 100º aniversario de la independencia mexicana. Pero, para el aniversario número 200, la torre ya estaba muy dañada. Lao Wu planteó entonces que la revista China Hoy financiara su restauración. Y en septiembre de 2010, después de mucho tiempo, las campanas del Reloj Chino repicaron una vez más.
De pie bajo la torre, Huang Youyi, vicepresidente y editor en jefe del Grupo de Publicaciones Internacionales de China, notó que los conductores que pasaban por allí levantaban inconscientemente la cabeza para ver la hora que marcaba el reloj. En aquel momento, Huang Youyi entendió la verdadera intención de Lao Wu con la repararación de la torre: hacer un trabajo de amistad entre China y México que pasara de generación en generación.
El editor en jefe interino de la revista China Hoy, Tang Shubiao, tuvo oportunidad de trabajar día y noche durante 13 días con Lao Wu en México.
Para la elaboración de este reportaje, en una entrevista el Sr. Tang ofreció al reportero autor la agenda laboral semanal de Lao Wu: Desde la llegada de este último al aeropuerto, le acompañó a todas partes; fueron juntos a la frontera norte de México y a varias ciudades en el centro, mantuvieron reuniones con el agente de distribución de la revista, con representantes de los lectores y funcionarios culturales; así como entrevistas con el Presidente de la República, legisladores, funcionarios y personalidades de todos los sectores. También visitaron la oficina editorial de los chinos en el extranjero y las escuelas del idioma chino, incluyendo una visita a la exposición de la historia de los inmigrantes chinos. Algunas veces, tenían que viajar en avión a ciudades de distintos husos horarios, para participar en actividades de diferente índole. Lao Wu aprovechó al máximo sus vínculos con América Latina y logró establecer una vasta red de relaciones sociales en México. Lo que él solía hacer en un día normal iba más allá de las responsabilidades y obligaciones del jefe de oficina de una revista.