Es muy difícil para un hombre asiático tener éxito en la industria cinematográfica de Hollywood, la cual modela la consciencia del público a nivel mundial. Hace años los roles de hombres asiáticos eran interpretados por actores occidentales con la cara pintada de amarillo, los ojos sesgados y dentadura postiza. Las mujeres asiáticas lo tenían un poco más fácil, aunque sus roles eran muy limitados por lo menos representaban la idea de belleza exótica. Los papeles masculinos quedaban relegados a idiotas, villanos y sabios que hablaban con proverbios.
Si nos fijamos en el panorama actual, a pesar de los logros de actores como Jackie Chan, Jet Li o Chow Yun-fat, la situación no es mucho mejor. Sus carreras tienen grandes limitaciones y ninguno de ellos proyecta la robusta imagen de hombre asiático de Bruce Lee. (El actor japonés Toshiro Mifune, habitual en las películas de Akira Kurosawa, tuvo la oportunidad de encarnar este papel, pero en pocas ocasiones se alejó del drama histórico, genero demasiado exclusivo para influir en el gran público).
Lee combinó habilidad con virilidad desafiando los viejos prejuicios sobre el hombre asiático. Desafortunadamente su reinado fue demasiado corto.
Recientemente se presentó una nueva biografía cinematográfica de sus días de juventud; Bruce Lee, Mi Hermano. Es interesante como los autores desvelan detalles de su vida personal que contradicen a la figura pública. Por ejemplo, su severa miopía (¿Puedes imaginar a Bruce Lee con unas gafas de culo de vaso?). O que en su adolescencia era bastante tímido y prefería bailar con su hermano que sacar a bailar a la chica que le gustaba. Por supuesto las historias sobre sus peleas callejeras son mucho más legendarias.
El debut en la pantalla de Lee fue en el filme The Kid de 1950. Vi la película y no es una exageración decir que de niño ya actuaba como una gran estrella. En 1957 interpretó el papel del idealista hermano pequeño en Thunderstorm, adaptación de una obra de teatro clásica. No es fácil encontrar estas tempranas apariciones de Lee en el mundo del espectáculo, pero en ellas ya se puede apreciar su talento. Con una apropiada orientación, Lee hubiera podido convertirse en el rey del drama de Hong Kong.
Me sorprendió mucho cuando oí a Lee hablando en fluido inglés - en documentales por supuesto. Aunque nació en San Francisco, a los tres meses se mudó a Hong Kong y no regresó a los Estados Unidos hasta los 18 años de edad. Podemos decir que era rápido aprendiendo.
En términos de carisma cinematográfico, Lee no tenia rivales. Su película más conocida fue filmada en Hong Kong, pero llegó a las salas de todo el mundo. Hizo algo que nadie había hecho antes y nadie en el cine chino ha vuelto a hacer desde entonces. El presidente Mao acertó de pleno al declarar a Lee “un héroe”.
Raymond Zhou, Fuente: China Daily