Algunos opinan que el mahjong es menos feroz y estratégico que otros juegos de mesa, pero la realidad es que no hay ningún otro juego que combine tan bien la suerte con la habilidad.
No importa cuán bueno uno sea, siempre necesitará de una buena dosis de suerte, de manera que nada puede hacerse cuando se entra en una mala racha.
De cierto modo, esta es una forma de nivelar las acciones en el juego.
Es por eso que el mahjong crea una plataforma más amplia que otros juegos para el enfrentamiento entre jugadores de diferentes niveles.
Como juego de incertidumbres, el mahjong también revela la personalidad y el temperamento. Lo que puede lograr está directamente asociado a su mentalidad. Por ello, acercarse al mahjong ofrece el disfrute de observar a las personas y su comportamiento y le ayuda a ver cómo son en realidad los otros jugadores.
Las personas de mi pueblo solían decir que el mahjong es la vida de una persona en el microcosmos. Uno no puede decidir qué porción le tocará. Lo único que puede hacerse es ajustarse a ella, quererla y hacerlo de la mejor manera posible.
Hace mucho frío ahora en Beijing, y debería quizás adoptar un poco de espíritu del mahjong para dejar de quejarme del clima y llamar a algunos amigos para que vengan a jugar.