En 2008, Yang se trasladó de Shanghai a Beijing y actualmente tiene representaciones cada dos o tres días, a menudo para empresas que buscan presentaciones fascinantes para introducir sus historias o productos en el mercado.
“Al ritmo de la música y agitando las manos hacia atrás y hacia delante, la imagen proyectada sobre la pantalla cambia constantemente, la gente queda enganchada con facilidad y desea saber cuál será el siguiente cuadro”, comentó.
Una vez, a un organizador le preocupó que ocho minutos fuera demasiado tiempo para un espectáculo, pero después de su presentación, preguntó: “¿Ya pasaron los ocho minutos?”.
A Yang le gustan las representaciones y esta es una de las razones por las que ella decidió hacer su carrera en la animación con arena.
“Es diferente a la mayoría de las pinturas”, afirma. “Es un arte en el cual tú llegas directamente al rostro de la audiencia y puedes interactuar con ella”.
Hasta el momento Yang ha realizado cientos de presentaciones en conferencias de prensa, festivales y show de televisión. Se presentó en la Expo Universal de Shanghai y creó algunos spots publicitarios para grandes marcas como Ford y Bosch. Sus honorarios por un solo espectáculo pueden ser superiores a los 100.000 yuanes (unos 15.000 dólares). No obstante, aún no está satisfecha con sus logros y su pasión por su arte la lleva a explorar constantemente nuevas posibilidades.
Yang y su equipo están investigando actualmente cómo preservar su efímero trabajo. Además, planean poner en marcha un programa de entrenamiento sobre pintura y animación de arena dirigido a niños y jóvenes, porque “esto no es sólo un arte, sino también una gran diversión”.