Llevar ropa suficiente es la forma más fácil de conservar la energía yang, que defiende el cuerpo contra la invasión del frío patógeno. Si uno no se abriga lo suficiente, la energía yang se consume mucho más rápidamente al luchar contra el frío.
Muchas chicas jóvenes que llevan faldas o chaquetas cortas durante el invierno pueden estar dañando su energía yang para ir a la moda, y, bajo su maquillaje, es posible que el tono de su piel sea pálido, azulado u oscuro, ya que el frío ralentiza la circulación sanguínea, lo que también puedo provocar picazón o entumecimiento.
La cabeza, espalda y pies son especialmente vulnerables al frío patógeno, y es lo que más hay que mantener caliente en invierno. Meter los pies en agua caliente antes de irse a la cama calentará tanto los pies como todo el cuerpo. La idea es que el agua esté caliente pero no hirviendo, y que los pies suden pero sólo un poco, retirándolos después ya que demasiado sudor es también malo y perturba el flujo de energía yang.
Tomar el sol, siempre protegiendo la cara, entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde protegerá la cabeza y la espalda del frío. Hacer ejercicio suave al aire libre cuando está soleado es también saludable, pero si la temperatura es de menos de 2 grados es mejor llevar un sombrero para conservar la energía yang que de otra forma escaparía del cuerpo por la cabeza.