Aunque el Kungfu chino aún tiene que jugar un papel importante en el mundo deportivo, algunos pioneros extranjeros ya están empezando a promoverlo a nivel internacional.
“China es el hogar del Kungfu. Adoro el Wushu porque cura el cuerpo y la mente del hombre. Al practicarlo, la gente puede encontrar un equilibrio de la parte interior y también puede enfrentarse al mundo de forma más valiente,” comentó Manca Giancarlo, entrenador de la Federación de Wushu Italiana, durante el tercer Campeonato de Wushu Tradicional del Mundo (WTWC, siglas en inglés) organizado en la ciudad central china de Shiyan.
Giancarlo, 58, ha practicado el Wushu durante 40 años. Después de aprender el Wushu en China, él regresó a Italia y empezó a dar clases sobre el Wuhu. Hasta ahora, él cuenta con 1.500 estudiantes en Italia.
“Un estudiante de Kungfu debería de respetar a su maestro y buscar conocimientos modestamente,” declaró a sus estudiantes.
Derventis Panagiotis, 41, viene de Grecia y ha practicado el Kungfu durante veinte años.
Ahora, ha abierto un centro de Wushu en Grecia y es profesor de más de cien estudiantes en su país. Durante este WTWC, Panagiotis también participó en la competición como participante con sus estudiantes.
“No existe límite al conocimiento de Wushu. Espero que un mayor número de personas pueden aprender del Wushu y beneficiarse de él,” concluyó él.