En la opinión de Chen Hu, existe otro motivo muy importante, que es: mediante varios años de cooperación, los tutores de movimiento estadounidenses han aprendido muchas habilidades de los maestros del arte marcial chinos, que son suficientes para satisfacer las necesidades del rodaje de películas de acción corrientes. “Cuando servía de tutor del arte marcial en Hollewood, advertía con frecuencia a mis colegas que reservaran un poco y no enseñaran todo lo propio a los norteamericanos con miras a ganar un poco más de dinero. Los estadounidenses son hábiles de aprender. Una vez dominado lo que quería, nos quedamos sin comida... Ahora, pasa lo que preveía”, diciendo esto, Chen Hu rompió en carcajadas.
Se nota que Chen Hu no da mucha importancia al cuenco que le da Hollewood. En su opinión, el Kungfu de China tiene gran trasfondo y acumulación, y los cineastas estadounidenses no pueden sino aprender el cristus. Lo que le preocupa es que, ahora se abren pabellones del arte marcial chino por todas partes del mundo y se producen una tras otra películas de Kungfu, sin embargo, el auténtico Kungfu de China se encuentra en una situación poco alentadora.