Los mundialmente famosos guerreros y caballos de terracota, los cuales fueron enterrados hace más de 2.000 años como el ejército que protegería la vida de ultratumba del primer emperador de China, han venido a Beijing para una exhibición que se celebrará antes de las Olimpiadas.
Organizada en el Museo de la Capital, la exhibición denominada “la memoria de China: tesoros a lo largo de su civilización de 5.000 años”, fue abierta al público ayer martes y durará hasta el 7 de octubre.
“Es el mejor recibimiento del antiguo país a las Olimpiadas modernas,” comentó Yao An, vicepresidente del Museo. Desde hace tiempo, el sistema de patrimonio chino ya había planeado que la exhibición recibiese a las Olimpiadas, mencionó Yao.
Proviniendo de la ciudad de Xi’an, noroeste de China, los guerreros y caballos terracotas son los objetos mortuorios del Emperador Qinshihuang, el primer emperador de la Dinastía Qin (221 a.c.- 207 a.c.) de China. Es conocido ampliamente como la Octava Maravilla del mundo antiguo.
Los guerreros terracotas exhibidos ahora incluyen a un general, un oficial, un guerrero, un arquero agachado y un caballo de guerra. Situado en el centro de la sala de exhibición, el grupo de personal militar atrajo la mayoría de la atención del público.
“Es increíble,” comentó Scott Dunford, un espectador americano, “Es muy conocido mundialmente. Aunque nunca he estado en Xi’an, pero ahora los veo en Beijing.”
Junto con los guerreros terracota, también están expuestas 169 piezas de las reliquias antiguas más preciosas de China de 55 museos provinciales, como la pintura de seda de hace 2.000 años, y un traje de entierro de jade.
El objeto más antiguo, una escultura del dios del sol, data 7.000 años, mientras que un incensario de esmalte imperial de la Dinastía Qing (1644 – 1911) es el objeto más moderno en la exhibición.
“La exhibición es la primera vez que los 5.000 años de historia de China han sido explicados únicamente con artefactos,” comentó Zhang Jie, planeador de la exhibición, “algo especialmente significativo, ya que la civilización china es la única que nunca ha sido interrumpida.”
Para proteger estos objetos frágiles, los trabajadores señalaron que toda la iluminación fue especialmente tratada con filtros ultravioleta.
“Nada, a excepción de las Olimpiadas podría causar la reunión de dichos tesoros antiguos,” declaró el espectador Zhou Jing.