Para los recién llegados a Shanghai la vida puede ser apasionante y llena de emociones nuevas. Sin embargo, a veces también puede llegar a abrumar al nuevo residente. Por suerte, según escribe Sam Riley, la solución está al alcance de la mano.
Es cierto que empezar una nueva vida en Shanghai puede ser toda una aventura, pero para muchos extranjeros adaptarse a la vida en China se puede convertir en una experiencia difícil.
Sumergirse de lleno en una cultura totalmente diferente y en un idioma desconocido intimida y aliena a más de un recién aterrizado.
El Community Center de Shanghai se especializa en ayudar a los extranjeros a superar este choque cultural mediante una serie de programas diseñados para facilitar la adaptación a la vida en esta trepidante urbe.
Además de cursos, el centro dispone de programas de orientación diseñados a medida para ejecutivos de algunas de las principales multinacionales extranjeras con presencia en Shanghai.
Según la directora del Centro del distrito de Puxi, Michelle Wright, es normal que un extranjero que acaba de llegar a China se vea abrumado por las tremendas dificultades que encuentra para realizar tareas aparentemente simples.
“Cuando uno llega a Asia procedente de un país occidental se encuentra con una realidad tan, tan diferente que es fácil que muchas de las novedades nos afecten”, afirma Wright.
“Las normas de tráfico, por ejemplo, o los códigos de cortesía son muy distintos. Incluso la lengua escrita no tiene nada que ver, así que uno se ve desprovisto de sus puntos de referencia habituales. Aun así, hoy en día es mucho más sencillo adaptarse de lo que lo era diez, o incluso cinco años atrás, pues hay muchas más facilidades al alcance”.
Según Wright, el centro ofrece una serie de cursos que abarcan desde clases de primeros auxilios y comunicación para ayis (empleadas de hogar) y chóferes hasta cursos de idioma para expatriados. El centro dispone asimismo de asesores que ofrecen consejo a aquellos extranjeros que necesitan una asistencia más intensiva.
Wright cree que los miembros de la familia o los amigos de los expatriados pueden reconocer los síntomas del choque cultural, entre los que se encuentran arrebatos de cólera o frustración ante ciertos aspectos de la vida en China. Otras víctimas del choque cultural, en cambio, se retraen en sí mismos y tienden a aislarse. En los casos más graves, incluso entran en una depresión.
La norteamericana Orlah King, su marido Rodney y sus gemelos de 16 años, Christopher y Timothy, llevan quince meses viviendo en Shanghai.
La familia King se mudó a la enorme metrópolis china desde Bennettsville, un pueblo de Carolina del Sur de tan sólo 9.500 habitantes.
“Shanghai nos supuso un cambio tremendo. En el pueblo del que veníamos había solamente un taxi, y no me refiero a que sólo hubiera una compañía, sino, literalmente, un único taxi”, explica Orlah King. “Al llegar a Shanghai nos encontramos con todo el ambiente de la gran ciudad, el metro, los atascos de tráfico y la gente. En Bennettsville no teníamos nada de eso, así que sólo ese cambio en sí nos supuso un esfuerzo de adaptación. Creo que en China hay un proceso para todo, y hay que hacerse a la idea de que cualquier cosa que se quiera hacer requiere un tiempo.”
La familia King vive en el complejo residencial Hampden Woods de Xinqiao Town, en el distrito shanghainés de Songjiang. Orlah afirma que las otras familias de extranjeros residentes en el barrio constituyen una fuerte red social. Además, el pertenecer a diversos grupos de extranjeros dedicados a actividades benéficas hace que su nueva vida en Shanghai sea bastante ajetreada.
Pero los problemas y las satisfacciones de comenzar una nueva vida en un entorno totalmente distinto no acaban después del primer periodo de adaptación.
La directora ejecutiva del Community Center de Shanghai, Christina Showalter, considera que muchas personas, una vez adaptadas a la vida en China, encuentran un amplio abanico de nuevas oportunidades para el desarrollo personal.
Según Showalter “después de hacerse un círculo de amigos, establecerse, comer en restaurantes, ir de compras y conocer los bares, la gente suele intentar buscarle un sentido a su vida.”
“Los extranjeros se dan cuenta muy pronto de que hay muchas oportunidades para el desarrollo personal, sea aprendiendo nuevas habilidades o contribuyendo al avance de la comunidad local”.
Lauren Hansen, de 27 años, es directora de New Horizons, una empresa especializada en ayudar a estudiantes chinos a superar los exámenes de ingreso a universidades de EEUU.
Después de vivir en Shanghai dos años, Hansen, como muchos extranjeros, al principio se dedicaba sobre todo a socializar. Sin embargo, después de los primeros 18 meses sus prioridades cambiaron.
“¿De qué sirve estar aquí si no haces algo de provecho? Otras personas van por otro camino y no hacen más que salir y beber, hasta que una mañana se despiertan y se dan cuenta de que tienen que volver a su país. Para mí, en cambio, lo lógico fue empezar a tomarme más en serio mi carrera profesional.”
El Community Center de Shanghai realizó el pasado sábado 12 de abril un programa de orientación gratuito de medio día. El curso abarcaba un amplio abanico de temas, entre ellos cómo establecerse, contratar a personal doméstico y enfrentarse a las dificultades en el lugar de trabajo.
Community Center Shanghai (Puxi)
Dirección: Puxi Community Center, Sun-Tec Medical Center, Edificio anejo, piso 4, Hongqiao Lu, nº 2281
Tel: (021) 5175-0519
Sitio web: www.communitycenter.cn