Los chinos están ocupados empollando inglés, pero pocos saben que muchas palabras inglesas tienen sus raíces en el idioma de su vecino, India.
Por ejemplo, “Mandarin”, la palabra inglesa para un oficial en la China imperial, deriva de la palabra sánscrita “mantri”, el cual significa consejero; y “naranja” tiene sus orígenes en el nombre sánscrito de la fruta.
Es a través de los esfuerzos de Ji Xianlin – considerado por muchos como el indólogo más destacado del país – y sus estudiantes que muchos chinos aprendieron el idioma del Sánscrito, el épico Ramayana y otros logros de la civilización India.
En un honor raro, el gobierno hindú otorgó a Ji el Padma Bhushan – uno de los máximos premios civiles del país – durante el Día de la República el sábado. El experto de 97 años es el primer chino que recibe el premio.
Wang Bangbei, un profesor de sánscrito en la Universidad de Beijing, manifestó al periódico hindú the Times: “Este es un gran acontecimiento. El premio tendrá un efecto positivo en la forma que los chinos ven a India.”
Ji escogió graduarse en Sánscrito en 1936, cuando era un estudiante en la Universidad de Gottingen, Alemania. La razón fue que “la cultura china ha recibido mucha influencia de la cultura india, y se han realizado grandes descubrimientos en la investigación sobre las relaciones culturales de las dos naciones,” escribió él en su biografía de mayor venta hace 10 años en Alemania.
En las siguientes siete décadas, él realizó descubrimientos que no sólo trataban de la expansión del Budismo de India a China pero también sobre la exportación de las habilidades sobre la fabricación de papel y seda de China a India.
Él escribió siete libros, incluyendo a una historia corta de India, además de traducir el Ramayana del sánscrito original al chino en forma de poesía.
Asimismo, él tradujo de forma secreta durante la “revolución cultural” (1966 – 76). Su memoria de la confusión de 10 años, titulada Memorias del Establo y publicada en 1998, afectó a los corazones de millones de lectores chinos con la dignidad de un intelectual al frente de una tortura física y mental.