Las dos torres oblicuas de la nueve sede de la estatal Televisión Central de China (CCTV, siglas en inglés), ya famosas a nivel mundial por su nada ortodoxo perfil aunque todavía están en construcción, finalmente fueron juntadas en esta, con la unión de dos brazos de voladizo.
Los brazos, que están 162 metros arriba del piso del Distrito Central de Negocios, en el este de Beijing, se extienden 75,165 y 67,165 metros, respectivamente, desde cada una de las torres.
En su construcción se gastaron 18.000 toneladas de acero, y ambas torres podrán acomodar 14 pisos de oficinas, lo que equivale a suspender todo un edificio en el aire, según la página web oficial de CCTV (www.cctv.com.cn).
Las torres, de 234 y 194 metros de altura, respectivamente, tienen una inclinación de seis grados, y constituyen el edificio principal del nuevo complejo de la CCTV, cuya área total es de 495. 900 metros cuadrados.
La prensa internacional ha calificado la obra como un símbolo de la modernización y el crecimiento económico de China. No obstante, los críticos del proyecto en el país aseguran que la extraña forma del edificio significó el "desperdicio" de una inmensa cantidad de acero.
En la ceremonia que se llevó a cabo para celebrar la unión de los voladizos, Zhao Huayong, presidente de CCTV, dijo que ésta es una "victoria decisiva" en la construcción de la estructura de acero del edificio.
Uno de los obreros de la empresa encargada del proyecto, de apellido Wu, dijo que mostrará a sus familiares y amigos las fotos que tomó en el momento en que las estructuras fueron conectadas, mientras que un colega suyo, de apellido Zhao, dijo que aún teme que el edificio pueda colapsar.
La torre, diseñada por el arquitecto holandés Rem Koolhaas, figura en la lista de las maravillas arquitectónicas de China elaborada por la revista estadounidense Business Week, que lo calificó como la estructura "más radical" del país.
El proyecto, cuyos cimientos fueron fundidos en septiembre de 2004, finalmente obtuvo el visto bueno del gobierno central 18 meses después de que la construcción había sido suspendida, debido a las preocupaciones surgidas del recalentamiento de la inversión inmobiliaria, y también ante la posibilidad de que generara graves congestiones de tráfico en la zona donde se ubica.