La fosa No.2 de los guerreros de terracota, ubicada alrededor del Mausoleo de Qinshihuang, primer emperador chino de la dinastía Qin (221 a.C- 206 a.C), está cerrada desde ayer a los visitantes por un periodo de seis meses debido a reparaciones.
Se han descubierto unos agujeros en el techo de la fosa, según un vocero del Museo de Guerreros y Caballos de Terracota del Emperador Qin.
"Expertos han reparado los agujeros, pero cuando llueve, todavía entra agua. Así que decidimos cerrar la fosa y repararla", comentó el vocero.
Sin embargo, la única parte afectada por el problema fue la zona sin excavación.
Más de 2.000 reliquias han sido descubiertas en la fosa.
El techo fue construido en 1988 y la fosa fue abierta a visitantes en octubre de 1994.
De acuerdo con el portavoz, el lugar abrirá otra vez antes del próximo mayo. Durante el proceso de reparación, todas las antigüedades desenterradas serán transportadas al salón de exposiciones del museo.
Las obras que no puedan ser movidas serán cubiertas con esteras de bambú, informó Qian Jing, subdirector del museo.
La fosa todavía cuenta con cuatro formaciones de guerreros y caballos de terracota, la mayoría de los cuales están bajo la tierra, y sólo una pequeña parte ha sido excavada, de acuerdo con Qian.
"Decidimos poner las reparaciones en marcha entre noviembre y abril porque es una temporada baja de visitantes y no creo que los trabajos afecten mucho al turismo", añadió Qian.
Situado en Lintong, un distrito a unos 37 kilómetros en el norte de Xi'an, ciudad capital de la provincia noroccidental de Shaanxi, el mausoleo imperial fue descubierto en el año 1974 por campesinos que estaban abriendo un pozo de irrigación.
Arqueólogos hallaron 181 tumbas mayores, incluyendo las famosas fosas de los guerreros y caballos de terracota y alrededor de 1. 500 estatuas. Se cree que los soldados fueron sepultados con el emperador para protegerlo.
El mausoleo fue incluido en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1987.
A pesar del interés internacional del palacio subterráneo, los arqueólogos suspendieron la excavación en 2003 porque no pueden protegerlo de la degradación ambiental. Hasta ahora sólo 1.500 guerreros y caballos de terracota han sido desenterrados y se cree que alrededor de 6.000 más siguen bajo tierra.