"Si Octavio Paz estuviese aquí, se sentiría impresionado frente al contraste que vive China entre la tradición milenaria y la modernidad", concluyeron ayer expertos participantes en el simposio "Octavio Paz y la tradición oriental", celebrado en Beijing.
El evento, organizado por la embajada de México, constituyó un preámbulo al décimo aniversario de la muerte del Premio Nobel mexicano, ocurrida en abril de 1998.
"Octavio Paz fue una de las figuras más importantes de la literatura contemporánea de América Latina y del mundo. Entre sus numerosas obras, destaca el gran amor que siente por Asia y China en particular", comentó Jorge Guajardo, el embajador mexicano, en una entrevista concedida durante el evento.
El funcionario se mostró convencido de que esta es una buena oportunidad para que los pueblos chino y mexicano profundicen el entendimiento mutuo a través del vínculo cultural establecido por el Nobel, quien era un gran amante de la belleza intelectual de Oriente.
A invitación de la embajada mexicana en Beijing, el profesor Zhao Zhenjiang, traductor e introductor de Paz en China, así como prestigiosos sinólogos mexicanos, hispanistas y poetas chinos, representantes de editoriales, y estudiantes de la lengua española asistieron al evento.
Zhao reconoció la penetrante influencia que ha dejado Paz en la literatura moderna china, tanto por su maestría literaria como por sus pensamientos universalistas y su virtud humanista, opinión en la que coincidió con el profesor Armando González Torres, poeta y ensayista mexicano.
Al proponer la similitud entre las actualidades china y mexicana, dos civilizaciones milenarias en vías de desarrollo, González Torres mencionó que "la modernidad para Octavio Paz quizás es un equilibrio entre la tradición y el progreso, en particular el económico", y citó un conocido fragmento de la obra del poeta, que reza: "Sé que es un destino: si México quiere ser tendrá que ser moderno".
La profesora y sinóloga mexicana Flora Botton, a su vez, definió el orientalismo de Paz como un elemento necesario para entender la totalidad del pensamiento humano, y señaló que para él "los ejemplos chinos son excéntricos".
Otros especialistas presentaron al auditorio sus interpretaciones sobre las traducciones por parte de Paz de obras de la poesía oriental, las cuales sobresalen por la fidelidad a las formas recreativas, tales como el paralelismo de la poesía china y el formato del haiku japonés.
Reconociendo la falta de conocimiento mutuo que afecta a las culturas china y mexicana, el cual, en gran parte se debe la dificultad de la traducción literaria entre dos idiomas tan distintos como el chino y el castellano, los estudiosos de ambos países mostraron su optimismo ante un eventual final del mismo.
"En realidad no sé si este foro ha ayudado mucho al acercamiento cultural de China y México, ni importa", sostuvo el profesor Aurelio Asiain, de la Universidad Kansai Gaidai de Osaka, quien recordó que la curiosidad de Paz por Asia proviene de las obras con sabor exótico de Juan Tablada.
"Tal vez con este seminario no hayamos acercado a dos pueblos, pero, asimismo, es posible que alguno de los jóvenes que nos acompañaron hoy se haya interesado por los temas discutidos sobre la literatura y planee dedicarse a la práctica del intercambio cultural, aunque eso nunca lo sabremos. Es siempre un misterio", estimó el académico.
El poeta, ensayista, y diplomático mexicano recibió el Premio Nobel de Literatura en 1990, un año después de la caída de la Unión Soviética, sobre la cual tuvo siempre una visión crítica.
(Fotos por la Sra. Pilar Jiménez, corresponsal en China de Reforma)