El venerable arte chino de la caligrafía siempre ha servido como un foco meditativo. Para los intelectuales chinos es un estado de mente abierta. El arte enfatiza la armonía entre el pincel, el cuerpo y la naturaleza. Ese pensamiento armonioso explica su floreciente renacimiento, ya que muchas personas han vuelto a retomar la práctica de la caligrafía, en medio de las presiones de un mundo constantemente en movimiento. Ese es el espíritu de la nueva exhibición nacional de caligrafía que se realiza en la capital china.
La Bienal de Caligrafía Internacional de Beijing abrió el martes en uno de los monumentos históricos de Beijing: el Templo Taimiao. Cerca de mil obras se exhiben en la muestra. La mayoría de ellas se basaron sobre el tema olímpico. Los trabajos provienen de renombrados caligrafistas tales como Ouyang Zhongshi y Shen Peng, como también de jóvenes admiradores de la caligrafía.