Científicos chinos han identificado cuatro esqueletos desenterrados en una tumba de 2.500 años de antigüedad en la provincia oriental de Jiangxi como mujeres de unos 20 años, posiblemente criadas que fueron enterradas como sacrificio con un aristócrata.
Los análisis de laboratorios realizados con los restos no muestran signos aparentes de enfermedad o de heridas, excepto por una mandíbula dislocada, de acuerdo con Wei Dong, arqueólogo de la Universidad de Jilin y miembro del equipo de investigación que trabaja en la misteriosa tumba con 47 ataúdes hallada en la localidad de Lijia (Jiangxi).
Siete de los ataúdes contenían esqueletos humanos, de los que esos cuatro son los que se encuentran en mejor estado de conservación.
"Todos descansan tranquilamente en los ataúdes, sin signos de haber sido obligados a morir", subraya Wei.
Huang Jinglue, líder del equipo de investigación, considera que se trata de criadas que fueron enterradas vivas junto al aristócrata para el que trabajaban, una costumbre realizada durante siglos en la antigua China.
En cinco ataúdes han sido hallados tejidos humanos que los científicos han identificado como cerebros humanos que se han reducido al tamaño de un puño pero consideran su estructura original.
"Aún tenemos que realizar análisis de ADN para ver si estas personas tenían vínculos genéticos entre sí", afirmó Huang, miembro de la Administración Estatal de Patrimonio Cultural.
La tumba, de 16 metros de largo, 11,5 de ancho y tres de profundidad, fue descubierta el pasado diciembre y podría remontarse a la Dinastía Zhou del Este (770-221 a.C.).
Contiene el mayor grupo de ataúdes descubiertos hasta el momento en una única tumba, por lo que la excavación ha sido considerada por los medios de comunicación y los expertos el proyecto arqueológico más importante del año.
Los expertos señalan que el descubrimiento es único debido a que los esqueletos se han mantenido en buen estado en un área donde el suelo ácido dificulta la conservación de los cadáveres.
(29/07/2007, Agencia de Xinhua)