Al llegar el 2007, año en el que todos los círculos sociales celebran el centenario del descubrimiento del sitio sagrado de Dunhuang, las frágiles grutas de Mogao han lanzado una señal de alarma: más de la mitad de ellas, con pinturas murales, han sido atacadas por enfermedades y algunos expertos alertan sobre su inminente desaparición en 50 ó 100 años, si no reciben una protección efectiva.
Una comparación de los frescos filmados en la gruta No. 285 de Mogao, en 1908, con los filmados en 2004, que realizaron varias personalidades importantes, reveló que tras cien años, los frescos se tornan aún más desechos.
Según Wang Wanfu, de la Academia de Estudios de Dunhuang, las tormentas de arena amenazan seriamente las grutas de Mogao. Antes de la década del 80 del siglo pasado, las arenas acumuladas cada año en esas cavernas, que necesitaban ser eliminadas, alcanzaban de 3.000 a 4.000 metros cúbicos.
Las cuevas están localizadas al pie este de la montaña de Mingsha, 25 kilómetros al sureste de la ciudad de Dunhuang, provincia de Gansu. A partir del siglo IV y hasta el XIV, se formaron allí un gigantesco grupo de túneles, como consecuencia de la apertura de cuevas y la construcción de esculturas.
Actualmente existen en las grutas más de 3.000 esculturas barnizadas de color y frescos que cubren una superficie de 45 mil metros cuadrados. La larga historia, inmensa envergadura, profunda connotación y exquisito arte de Mogao le valieron para inscribirse en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad, de la UNESCO, en 1987.
Sin embargo, debido a la influencia de la alta presión atmosférica de Mongolia, la región de Dunhuang tiene un clima seco y frecuentemente se ve azotada por las tormentas de arena. La precipitación anual apenas llega a los 40 mililitros, pero la evaporación es tan alta que alcanza los 4.300 mililitros, registros propios del típico clima desértico.
Por si fuera poco, como las grutas de Mogao colindan con la montaña de Mingsha y están construidas sobre areniscas poco sólidas, más la influencia de la erosión del viento, lluvias, tormentas de arena y terremotos, en cualquier anormalidad climática la arena se infiltra en su interior y afecta el color de los frescos, que han llegado a encogerse en escamas, alcalinizarse e incluso desprenderse.
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