Aunque a algunos de ustedes pueda sorprenderles, los pinceles empleados en la pintura china son muy parecidos a los que se utilizan para escribir. Con este utensilio y tinta negra, sobre el papel se trazan puntos y líneas diferentes de tonos fuertes, suaves e intermedios. Según su contenido, la pintura china puede dividirse en tres grandes géneros: el de figuras humanas; el de
montañas y ríos; y el de flores y pájaros. La dinastía Tang coincidió también con la entrada de la pintura china en una época de gran brillantez. El famoso pintor Zhao Zhenchuan nos habla de este tipo de pinturas:
"La dinastía Tang fue una época muy fructífera para la pintura china. La mayoría de las obras llegadas hasta nuestros días son frescos de tumbas que nos proporcionan datos sobre la vida social y la manera de vestir. Los pintores de la dinastía Tang se valían principalmente de las líneas, técnica compositiva que llegó a su apogeo en esta época. A pesar de su aparente sencillez, esta técnica permite plasmar una gran riqueza de contenidos".
Mención aparte merecen los retratos de bellas damas. No hay que olvidar que este fue el periodo de la historia china en que las mujeres disfrutaron de mayor libertad. El frescor y la plenitud definían el canon de la belleza femenina, lo que según la leyenda tiene su origen en la pasión del emperador Li Longji por Yang Yuhuan, su concubina favorita, una mujer que hoy en día consideraríamos obesa. Los dos principales representantes de este género fueron Zhang Xuan y Zhou Fang. En muchas de sus obras aparecen orondas concubinas imperiales elegantemente vestidas, cuyos íntimos sentimientos no han escapado ni a la mirada ni al pincel de los artistas.