VII. Afianzamiento de la convicción en nuestra cultura y promoción del florecimiento y la prosperidad de la cultura socialista
La cultura es el alma de un país y de una nación. Si la cultura florece, el país prospera; si la cultura es fuerte, la nación también lo es. La gran revitalización de la nación china no se hará realidad a menos que exista un alto grado de convicción en nuestra cultura y esta florezca y prospere. Debemos perseverar en el camino de desarrollo de la cultura socialista con peculiaridades chinas y activar el vigor innovador y de creación cultural de toda la nación, con miras a construir un país socialista culturalmente fuerte.
La cultura del socialismo con peculiaridades chinas tiene su origen en la excelente cultura tradicional china gestada durante los más de cinco milenios de historia de la civilización de nuestra nación, está fundida con la cultura revolucionaria y la cultura socialista avanzada, creadas ambas por el pueblo bajo la dirección del Partido en el proceso de la revolución, la construcción y la reforma, y está arraigada en la gran práctica del socialismo con peculiaridades chinas. Desarrollar la cultura del socialismo con peculiaridades chinas significa justamente fomentar una cultura socialista nacional, científica y popular orientada a la modernización, el mundo y el futuro, guiándose por el marxismo, manteniéndose firmemente en la posición de la cultura china, basándose en la realidad de la China actual y en combinación con las condiciones de nuestro tiempo, con el fin de promover el desarrollo coordinado de la civilización socialista tanto espiritual como material. Hemos de persistir en servir al pueblo y al socialismo, en hacer que se abran cien flores y compitan cien escuelas, y en llevar a cabo la transformación creativa y el desarrollo innovador, imprimiendo ininterrumpidamente a la cultura china un renovado esplendor.
1. Firme dominio de la dirección sobre la labor ideológica. La ideología determina el rumbo de avance y el camino de desarrollo de la cultura. Hay que impulsar la chinización del marxismo y su adaptación a nuestro tiempo y su popularización, y construir una ideología socialista dotada de una poderosa fuerza cohesiva y conductora, para que todo el pueblo se una estrechamente en los ideales y las convicciones, en la concepción de los valores y en los conceptos morales. Hay que intensificar el pertrechamiento teórico y hacer que el pensamiento sobre el socialismo con peculiaridades chinas de la nueva época eche hondas raíces en el corazón del pueblo. Es necesario profundizar la investigación y construcción teórica del marxismo, acelerar la creación de unas ciencias socialesy una filosofía con peculiaridades chinas, y fortalecer la construcción de un nuevo tipo de laboratorios de ideas dotados de dichas peculiaridades. Hemos de persistir en la orientación correcta de la opinión pública, conferir suma importancia al fomento y la innovación de los medios de comunicación, y aumentar la fuerza difusora, la fuerza conductora y la influencia de la prensa y la opinión pública, así como su credibilidad pública. Es imperativo intensificar el fomento del contenido de la internet y establecer un sistema de saneamiento integral de la red, con el objeto de crear un ciberespacio limpio. Es preciso llevar a efecto el sistema de responsabilidades por el trabajo ideológico, reforzar la construcción y la administración de las posiciones correspondientes, prestar atención a la distinción entre los problemas de principios políticos, los de comprensión ideológica y los de criterios académicos, y combatir y rechazar con una postura claramente definida todo tipo de puntos de vista erróneos.
2. Cultivo y práctica de los valores socialistas esenciales. En estos valores, encarnación concentrada del espíritu de la China actual, se halla condensado el anhelo de unos valores comunes que alberga todo el pueblo. Hay que centrar la atención en preparar a nueva gente de nuestro tiempo para que sea capaz de asumir la importante tarea de revitalizar la nación, potenciando para ello su educación y orientación, y su formación en la práctica, y dándole garantías institucionales; hay que aprovechar el papel conductor de los valores socialistas esenciales en la educación nacional, en el emprendimiento de actividades fomentadoras de la civilización espiritual y en la creación, elaboración y difusión de productos espirituales y culturales, integrar dichos valores en los diversos aspectos del desarrollo social y convertirlos en señas de la identidad sentimental de la gente y en conductas habituales. Hemos de persistir en aprovechar la acción de todo el pueblo y el papel pionero de los cuadros, empezando por las familias y partiendo de los niños. Hay que explotar a fondo las ideas y los conceptos, el espíritu humano y las normas morales de la excelente cultura tradicional china, y darles continuidad e innovarlos en función de las exigencias de nuestro tiempo, de manera que la cultura china exhiba un perenne encanto y el aire distinguido de nuestra época.
3. Intensificación de la formación ideológica y moral. Cuando el pueblo tiene fe, el país tiene fuerza y la nación, esperanza. Hay que elevar tanto la conciencia ideológica, el nivel moral y el civismo del pueblo como el grado de civilización del conjunto de la sociedad. Es necesario desplegar ampliamente la educación en los ideales y las convicciones; profundizar la divulgación del socialismo con peculiaridades chinas y el sueño chino, así como la educación en ellos; desarrollar el espíritu de la nación y el de nuestro tiempo; potenciar la educación en el patriotismo, el colectivismo y el socialismo; y guiar a la gente en el establecimiento de concepciones correctas de la historia, la nación, el Estado y la cultura. Es imperativo llevar profundamente a efecto el proyecto de construir la moralidad cívica; promover la construcción de la moral pública, la ética profesional, las virtudes familiares y las cualidades morales de la gente; e impelerla hacia el progreso y el bien, hacia la piedad filial para con los ancianos y el amor a los familiares, y hacia la lealtad a la patria y al pueblo. Hay que reforzar y mejorar la labor ideológica y política, y profundizar las actividades de masas dedicadas a la construcción de la civilización espiritual. Se debe desarrollar el espíritu científico y popularizar los conocimientos de la ciencia; emprender actuaciones dirigidas a transformar los hábitos y costumbres obsoletos, y a promover las nuevas usanzas de nuestro tiempo; y oponer resistencia a la acción corrosiva de las culturas decadentes y atrasadas. Es necesario impulsar el fomento de la honestidad y la credibilidad, y la institucionalización del voluntariado, así como potenciar la concienciación sobre las responsabilidades sociales, las normas y la dedicación. (Continúa)