El diplomático destacó el creciente número de conexiones ferroviarias entre Asia y Europa, con trenes de mercancías tardando unos 15 días en ir de un extremo al otro de los dos continentes, y argumentó que "España es el punto final de la primera etapa, porque luego el mundo continúa hacia América del Norte o África".

Desde finales de 2014 está en marcha la conexión ferroviaria entre Madrid y la ciudad china de Yiwu, que, con 13.052 kilómetros, es la más larga del mundo.

Valencia también quiso destacar el posible papel relevante de las islas Canarias en esta ruta. Este archipiélago, situado a casi 2.100 kilómetros de la Península Ibérica y a menos de 95 kilómetros de la costa occidental de África, fueron definidos por el embajador español como "portaaviones pacíficos que sirven para llevar mercancías o hacer negocios".

"China tiene mucha presencia en la parte este de África (Yibuti y Etiopía), pero en la parte occidental quizás las islas Canarias puedan ser un punto importante", agregó.

Asimismo, Valencia recordó que su país hace cinco años estaba inmerso en una grave crisis económica, pero que, actualmente, "está en el pelotón de cabeza en Europa gracias a un proceso de reformas, muy parecido al que está haciendo el presidente Xi Jinping en China". Por ello, cree que España "puede ser un elemento muy importante para tirar de muchas cosas y tiene un papel muy importante en iniciativas de esta índole".

"China es un gran productor y una economía que ha pegado un gran salto", destacó el diplomático, que llamó "a colaborar de una manera muy útil entre los dos países".

Valencia, que indicó que las relaciones bilaterales se encuentran "en un momento bueno", destacó el buen papel de las exportaciones españolas. Los envíos desde España a China batieron un récord en 2016, cuando crecieron un 14,8 por ciento interanual, hasta los 5.032 millones de euros (cerca de 5.400 millones de dólares), según fuentes comerciales españolas.

Por otro lado, Valencia destacó el aumento de frecuencias de vuelos directos entre China y España, que en cuatro años ha pasado de cuatro a 26. "En los aviones van hombres de negocio, empresarios y turistas. Lo que supone una cuestión importante porque es una buena forma de conocernos mejor unos a otros", señaló.

España recibió en 2010 102.000 turistas chinos, mientras que el año pasado fue de 580.000, con un gasto total de 667,8 millones de euros y una estancia media de 9,4 días, según la información de las autoridades turísticas españolas.

Otro capítulo que Valencia destacó de la colaboración entre China y España fue el capítulo de las inversiones.

"Empezaron tarde y están despegando. Hubo una gran operación el año pasado, con la venta de Urbaser (una empresa de servicios) a una firma china, y otros acuerdos inmobiliarios. Tampoco tenemos que olvidarnos del fútbol, ya que Wanda compró una participación en el Atlético de Madrid y el Espanyol cuenta con inversión china", agregó.

En lo relativo al intercambio de personal cualificado. "Es evidente que China necesita expertos, gente que investigue y mejore su competitividad. Lo está haciendo y lo ha pedido. En los sectores donde le falta, lo está buscando", detalló.

Ahondando en su propia experiencia, el diplomático español destacó que "detecté que había casi 1.000 arquitectos españoles en China, ya que aquí había un auge constructor. Su estancia ha sido positiva, porque muchos se han vuelto a España cuando se ha recuperado el sector", apuntó.

Por último, Valencia quiso subrayar que "la buena relación política entre España y China se afianzará con la Franja y la Ruta. Hay muchas posibilidades de hacerlo". Y deseó que "España vuelva a tener el papel que tuvo en los siglos XVI, XVII y XVIII, cuando fue uno de los principales canales de relación de los productos chinos hacia América y Europa". Fi